Vocesdelibertad
En una ocasión visité en mi pueblo a una mujer que vivía en extrema pobreza, las condiciones del espacio en donde vive eran (pues ya murió) terribles, asistimos un grupo de amigas y yo, pero al momento que la vi sentada en el piso con una pequeña fogata y un jarro de café cerca, rompí a llorar... una de mis amigas se acercó y me dijo "Dino, a veces el llanto se debe aplazar".
Al pasar los días comprendí, que no lloraba por la condición de aquella mujer, sino más bien por la mía, por eso mientras trabajo en mi propia edificación, voy aplazando el llanto.
Un abrazo con cariño,
27/10/11 05:10