Sigo aquí, lamentando mi penosa cobardía, viéndote en fotos cada noche, leyendo tus estados cada día. El alma mía pide a gritos que en mi corazón te dé estadía, pero como hago si el miedo me frena y amenora mi valentía. Hoy tomaré la osadía, de confesar lo que de tí en mí me da alegría y es que...
Si tu supieras como te pienso, como en tu sonrisa me quedo preso...
Si tu supieras como me gustas, como sonrió al verte de lejos...
Si tu supieras como palpita mi corazón, como sin razón danza al ritmo de la emoción, que al verte me llega una sensación de placer mezclada con amor...
Si tu supieras que tengo la mejor intención y que en días tristes tu rostro hace aparición tranquilizando mi mente y retumbando en mi corazón...
Si tu supieras que eres mi fuente de inspiración, que por tí creo versos, compongo la más hermosa canción...
Tan solo si tu supieras que eres más de lo que quisiera yo, entonces sabrías que eres y serás la reina de mi tímido corazón.
