Al toque del saxofón comprendí
que no importa la postura
soy mujer apasionada
En ocasiones escribí con sensualidad
muchas otras con felicidad,
otras mi pluma empecinada en sentirse triste,
varias veces desde la oscuridad, sintiéndome
vampira, mujer
algunas veces me sumergí en el océano,
me vestí de mil colores,
me transfiguré en águila, en pantera, en loba, colibrí…
En todas y cada una de mis poesías
escuché en el silencio de mi habitación…
sentada frente a un balcón,
dejándome seducir por la luna,
sintiendo el sereno en mi piel,
a veces con una luz tenue,
y otras con la luz de una luna llena
… escuché mi corazón con golpes fuertes
Pero ayer, en la noche, al toque del saxofón
descubrí que no era mi corazón, siempre fue el aleteo
de un águila bebé aprendiendo a volar
y en sus aleteos desperdigando sentimientos
Cada vez que amanece se encuentra la muerte a mi derecha
tiene un aspecto triste, al sentir cómo mis alas se fortalecen
porque aprendo a dejarme llevar por lo que creo,
porque confío en mis sentimientos,
porque no importa más el día de la partida,
porque no importa la postura
soy mujer apasionada y estoy aquí
como tinta indeleble y constante
Me quedo contigo para transmitirte mi pasión,
dibujarte una sonrisa,
guardar tus sentimientos,
pintarte de mil colores,
para que sientas caricias en el alma,
para que vivas en la naturaleza que te pertenece
y prometo irme cuando tengas deseos de estar a solas