Escribí sobre lo que sabes, solía decirme. ¿Y qué pasa si yo no sé de nada?, era siempre la pregunta automática a esta afirmación. Bueno, en ese caso escribí sobre nada. El secreto del buen escritor es la perseverancia, no necesariamente el tema en cuestión. Con la práctica, eventualmente, te vas a volver lo suficientemente bueno para transformar en interesante lo inexistente.
Me sumo a esta fascinante conversación. ¿se puede trasformar en interesante lo inexistente? Es un camino y esta ahí.
Interesante tu aportación, Andrés. Un saludo.