La Bella Durmiente
parte 1
la fría noche
Cada noche, el reflejo de la luna, ilumina las solitarias calles del valle. Que entrelazadas parece una telaraña de seda, muy juntas entre ellas, estrechas y continuas una atrás de otras, donde apenas puede transitar las personas, casas de barro, pintas de colores llamativos.
Un pueblo en las llanuras ecuatorianas, con un clima cálido y frescas lloviznas en las tardes, donde el ocaso es largo y propicio para las reuniones nocturnas.
En la entrada del pueblo se perpetuo un arco, que según cuenta los más longevos, lleva ahí desde tiempos inmemoriales, pensando que fue construida por los nativos del lugar, indígenas de CHIBULEO. Sus bordes lisos, piedra perfectamente tallada, dan a entender su oficio.
Bajo el arco, Los grupos de adultos, se reúnen. Casimiro un hombre que pocas beses sonríe, sus labios resecos, con pocas arrugas, de mejilla caídas, su postura erguida, comanda la ronda, esperando pacientemente al último voluntario.
Aprovechando el manto nocturno, un joven se escabulle de la ronda. De entre callejones abandona su escondite, sigiloso planea hacer un robo. Las frías calles, se calaban en sus huesos, haciéndolo mover más rápido, debe ser cauto, puesto que es su única oportunidad. Mil razones para detenerse rondan su cabeza, solo una la mantienen centrado, acortando el camino a cada paso, situándolo finalmente en la ASIENDA LEITO.
La residencia convenientemente fue dejada, sus propietarios asistieron a un evento social a las afueras del pueblo desde unas semanas, desde su partida, ha permanecida silenciosa. Siendo los más acaudalados de la región, seguramente se encontrarían en Alemania o Francia, y si sus posesiones fuesen sustraídas, no representaría mayor desgracia para sus propietarios, lo que carece de valor para ellos, en su vida representa la supervivencia de un tiempo más.
La imaginación del joven divagaba por algunos minutos, se imagina las riquezas ahí dejadas; porcelana fina de algún acaudalado, o cuadros importantes de sus colegas extranjeros, o las joyas de oro macizo, con incrustaciones de plata pasadas de generación en generación. Cada minuto cuenta en este desagradable oficio, por lo que toma la iniciativa.
Dejando el temor y su orgullo a un lado, decide trepar por la cerca trasera, ya adentro y sin ningún tipo de guardia en el camino avanza rápidamente a la puerta, con su brazo entumecido por el frio da un certero golpe de su puño vulnerando la seguridad.
El ambiente cálido del amoblado lugar, era agradable, admirándolo por varios segundos, se imagina, lo afortunado que son algunos.
Ansioso por poseerlo todo, inspecciona cada rincón, cada contenedor del lugar, desilusionándolo cada vez más, en ellas solo están cosas sin valor, fotos en marcos de madera, un reloj de pulsera que no funciona, viejas cartas guardadas en libros.
Infructuosa su búsqueda era hasta ese momento, desanimado se percata de un dispositivo encendido, de entre los cojines se halla un reproductor de música, feliz se puso, no había visto esa tecnología en el pueblo, suponiendo que es gran valor, lo oculto en el bolsillo de su pantalón.
Pronto el primer piso sería insuficiente, su ambición lo guían a las plantas superiores. Imagina que en ellas se encuentran los objetos de más valor.
Confiadamente sube los escalones alfombrados de terciopelo, que no lo delatan en los pasos, distraídos por los retratos familiares de la pared, no se fijan en su frente, caminando torpemente.
Un aliento helado inunda su pecho, un espantoso ruido se escucha en toda la casa, instintivamente se tira al piso, con sus manos en la cabeza escucha el latido se su corazón acelerado, su conciencia lo recrimina por sus malas acciones, y se jura a si mismo no volver a robar.
Los segundos en silencio transcurren, y el tiempo lo inquieta aún más, no se escucha ruidos desde el primer susto, imaginando cosas más elaboradas:
- Talvez sería un gato tirando un florero de porcelana. Se dijo a si mismo.
Llenándose de coraje decide investigarlo. Como un animal doméstico camina en sus extremidades, un paso a la vez circula por el pasillo largo, que tenía un sinnúmero de entradas, todas cerradas, solo una se allá se encuentra semiabierta, la luz de la luna se cola por aquella pequeña abertura, y con sumo cuidado asomo su vista por el diminuto espacio.
Lo que miro no era usual, en muchos fragmentos la ventana se descompone, conservando unos bordes afilados.
Con mucho cuidado y eludiendo los filos, se puede visualizar claramente la silueta de una joven. Aquella señorita de postura frágil como un copo de nieve, y su cabello castaño se asemejaba al caramelo, aunque hubo poca iluminación, se miraba claramente sus ojos azules como el cielo al amanecer de la primavera.
Intento no lastimarse, pero su piel roso la ventana, dejando una serie de pistas, manchas rojas, esparcidas como pétalos de rosas, como si se tratara de una procesión religiosa, perdiéndose en el horizonte.
El joven impresionado por aquella escena, no hace más que seguirla.
Un remordimiento en su corazón, hacían a la chica avanzar, sin importar el fuerte clima, con los labios apretados y sus los ojos cerrados avanzo por la calle desoladas, no llegaría muy lejos antes de romper en llanto, sus lágrimas tibias calentaban sus mejillas, y le daban un sabor salado en sus labios.
Sin encontrar ningún consuelo, continuo hasta llegar al final del camino, y un arco de piedra le daba la bienvenida al cementerio del pueblo.
Aquel camino cubierto de lodo la hacían avanzar lento, y a pesar de su precaución, resbalo un par de veces, con las rodillas raspadas, y con su vestido mojado llegó a una tumba recién echa, en aquel peculiar instante, aquella muchacha se arrodillo y abrazando fuerte mente aquella lapida como buscando consuelo y calor de aquel pedazo de piedra.
La lluvia no comprendería aquella escena y sin piedad echa algunos rayos al azar, y uno de ellos impactaría a un árbol de manzanas, que crecía a un costado del terreno, iniciando un incendio. Con el fuego propagándose rápidamente, terminaría en un desenlace fatal.
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Angelkun
espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo, y si les gusta no se pierdan la continuación de esta historia
15/10/15 05:10
