Enlabaslica
Me encanta ir viendo como, en distintas voces, sin embargo el amor se nos presenta de formas tan similares.
Es curioso como, desafortunadamente, es el desamor el factor común que une las cartas de amor que , hasta el momento, se están publicando (salvedad de la que publiqué yo).
Es muy significativo, entiendo yo, -sobre todo hoy en día que tenemos muchas vías para comunicarnos con la persona amada en tiempo real, independientemente de dónde se encuentre situada en ese momento- que recurrimos a la carta cuando no hay otro medio posible para acercarnos a ese amor, es decir, cuando el desamor estable las distancias que si separan a los amantes. Es casi un grito agónico pidiendo una nueva oportunidad, aún sabiendo que el destinatario de la misiva, seguramente, ni la recibirá. O tal vez es una carta con remite y destino idéntico. Tal vez, sólo tal vez, una carta a uno mismo... complacencia, condolencia, consuelo, intento desesperado de enteder los porqués... ¿qué nos induce a la carta de amor desesperada cuando, lo más normal en el desamor, es que ya no haya destinatario al otro lado y nuestras palabras se las lleve el viento?
Precisamos reafirmarnos es que sí, en que hubo amor, necesitamos creer que fue cierto para creer, asimismo, que es cierta la ausencia. Necesitamos convencernos, cuando a la vuelta de correo sólo nos vuelva el silencio o, lo mismo, nuestra propia carta, de que ya nada es posibles, deseando que lo sea...
Creo que las cartas de desamor sólo tienen de destinatario el propio corazón roto y no son más que un diálogo con uno mismo... pero ¡qué diálogo más bello el que clama una nueva oportunidad o el que canta los sueños de ayer, por si pudieran ser mañana ciertos!
Mi aplauso a tu carta, y mis gracias, por seguir el reto
Un besiño
Amelia
10/12/09 02:12