Niña hermosa que del tallo quisiste arrancar la rosa, ¿qué fue de tus cabellos de color del ébano? ¡Miráte sin miedo al espejo!
Las delicadas y suaves curvas de tus senos que envidiados eran por todas, ¿qué son ahora?
De esa mirada azul como el cielo, que llamaba a los hombres a la pasión, ¿qué les incita ahora sino compasión?
¡Miráte al espejo, niña!
Esas manos suaves como petálos que acariciaban sin dañar ya nadie las quiere tocar.
¿Creias que sería eterno? ¿Creias que permanecería? Ay, lastimera ese fue tu vil pecado y por él estás pagando ahora.
¡Miráte al espejo!
- la anciana, temerosa, se asomó y al ver su reflejo espantada murió.-
Angela:
Amiga es verdad la juventud es efimera y muchas personas se aferran a la belleza externa sin recordar que lo importante y más bello es lo de adentro.