Nuestro primer encuentro fue un desastre.
Era por la tarde, en un comercio alimentario.
Talvez era mi mascarilla o tal vez era la chaqueta enorme que llevaba encima o porque tenía intención de salir sin comprar nada.
No supe la razón de tus sospechas. Y sigo sin saberlo pero recuerdo ese momento.
Recuerdo que me mirabas mucho.
No me dejaste ir sin antes pedirme revisar mi bolsa de la compra.
Recuerdo que no encontraste nada.
Te reíste con tu compañera mientras yo salía del establecimiento muy herida.
Pensé que era un acto normal y que por eso te lo iba a dejar pasar.

La segunda vez que te ví fue en el mismo lugar. No había nadie en la tienda excepto nosotras dos.
Quise volver a pensar que todos teníamos una razón justificable para actuar como lo hacemos.
¿El miedo?. Talvez. Pero porque ibas a tenerme miedo?.
Cerraste las puertas del supermercado cuando entré y las volviste a abrir cuando ya había pagado. Quería pensar que no debería asustarme.
Que es normal.
Que solo me ha tocado a mi como podría haberle tocado a algún otro cliente.
Quería justificar lo que habías hecho.
Quería pensar que no era culpa de mis trenzas ,ni de mi piel.

La primera vez me acusaste, la segunda me encerraste y la tercera vez sacaras una pistola y no dudaras en dispararme.

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1 Comentarios

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  Patroclo

  Final alternativo #1:
  El tercer encuentro fue también el último, ya que la reclamación interpuesta ante la autoridad pertinente, tras la asesoría de una organización contra la intolerancia, supuso la apertura de una investigación por parte de la empresa de seguridad y la suspensión cautelar de empleo para ese ser obtuso y uniformado. Aunque su sustituto bien pudiera ser su clon.
  
  Final alternativo #2:
  En el tercer encuentro, la protagonista descubre que no ofrende quien quiere, sino sólo quien puede.
  Quizá no convenza, la percepción de la microdiscriminación lacera por efecto acumulativo.
  
  ¿Qué me dices de una mezcla de ambos?
  
  Bienvenida, Aniette

  17/11/20 02:11