Siempre Conmigo, Amigo.
Aún no sé como empezar, me faltaban las razones por las que sonreír y me sobran motivos para llorar, pero el principal motivo eres tú. Tú y aquel maldito día en el que murió un amigo, no, mi mejor amigo. No entiendo por qué te tuvo que ocurrir a ti, y no a mi, créeme, porque recordar aquel accidente y pensar que en cierto modo fue por mi culpa. Siempre me dicen que yo no tengo la culpa, que yo no pude hacer nada para evitarlo, pero si que pude hacerlo, pude haberte evitado que montaras en esa moto si no hubiera peleado contigo, y eso es lo peor, nuestro adiós. Siempre estábamos juntos, desde pequeños juntos en el colegio y en la calle, no había dos mejores mosqueteros en la zona que nosotros, luego fuimos madurando, cada uno con su vida; pero siempre con ese roce y amistad. Siempre supiste consolarme, apoyarme con mis decisiones sin importar lo chifladas que fueran, pero si con algo me quedo, es con nuestro lago, el lago de atrás de tu casa en el campo, jamás olvidaré los ratos pasados en aquellos columpios y en aquel lago jugando a ahuyentar a los pájaros. Con el tiempo pensamos que podíamos llegar a ser algo más que amigos, y aunque no fue una decisión acertada, me alegro de todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos, y no cambiaría ninguno de ellos por lo jamás vivido con otros chicos. Y ahora pensar, que por una estupidez, he perdido a lo más importante de mi vida, me deja sin fuerzas, sin aliento, recordar aquel momento en el que discutíamos por el simple echo de que sabías que me estaba jodiendo la vida con eso, de que lo único que hacia era joder, nuestro futuro, porque siempre lo había imaginado así tu y yo, siempre, como tantas veces dijimos, pero no, no ha podido ser, porque la vida, te me arrebató como en una bocanada se consume un cigarro, como en un segundo se esfuma una gota de lluvia, y además de una manera cruel. Porque recordar nuestra bronca, nuestro enfado, y recordar esa mirada como de súplica porque yo parase y no te echara cuenta, se me parte el alma, pero aún se me desmorona más si pienso en cuando te dije que te olvidaras de mi, que pasaba de lo que me dijeses, y te montaste en esa moto, te montaste y aquel maldito coche acabó contigo. Aún parece que estoy soñando cuando lo cuento, y creo que llegará el día en el que me despertarás con una llamada a mi móvil... Porque yo aún te sigo queriendo, amigo, y siempre estarás en mi, te quiero, y estés donde estés espero que me perdones, Descansa en paz, Sergi.
