Fue aquel papel,
olvidado en el suelo
y casi roto.
Cariño, cuando esta noche
se vuelvan a encontrar nuestros
cuerpos, después de veinte años,
nos olvidaremos de los que nunca existieron
Fue mi respuesta a tantas incógnitas.
Fue el premio a mi dedicación.
Fue,
Un viento de muerte
que me azotó las entrañas
y me lleno con la amarga
hiel de la verdad.
Yo fui,
el que nunca existió,
el puente que unió el pasado y el futuro.
Yo fui el que te curó las heridas,
el que sanó tu mente aún enferma.
Atrás quedan,
los primeros llantos de nuestros hijos,
sus primeras palabras y sonrisas,
sus primeros pasos,
y nuestros suspiros,
mientras contemplábamos sus logros.
Fue aquel papel,
olvidado,
el que me hace insoportable esta carga,
y encorva mi cuerpo,
y apaga mi mente,
los pensamientos muertos,
de los que nunca existieron.