La Vida es Algo Más que un
Sueño (..i..)
03 de enero de 2009
por artalia
Mi madre murió cinco minutos después de yo nacer. De mi padre y demás familia nunca supe nada, por eso es que pase mi infancia confinado en un orfelinato, donde aprendí a sobrevivir en la dureza de la miseria.
Todas las mañanas me dirigía a un colegio situado a dos calles del orfanato, lo que me hizo ver con mayor claridad la diferencia entre unos niños y otros. Yo, por aquel entonces no acertaba a distinguir el porque unos niños tienen padres mientras que otros nos veíamos obligados a convivir carentes del cariño y amor humano necesario para crecer con normalidad. En las escuela aprendía muchas cosas; por ejemplo me convertí en el luchador número uno, no se si fue a causa de que disfrutaba sacudiendo a esos niños ricos y esa era la única forma de venganza que tenia ante el destino, o porque el vivir falto del calor de una madre endurece el corazón hasta tal punto, que los golpes sean del tipo que sean, no hacen mella en el individuo de la misma forma que lo harían en una persona normal.
En el colegio también comencé el aprendizaje de lo que luego sería uno de mis medios de vida; empecé a iniciarme en el mundo de las apuestas. Esto me hizo adquirir muchos conocimientos de los que debe de hacer un corredor de apuestas. Eran apuestas sencillas sobre cosas sin importancia; quien ganará este o aquel partido y cosas por el estilo. Las cantidades que se manejaban eran mínimas, incluso se aceptaban especies.
Así pues, si dijese que en colegio no aprendí nada estaría mintiendo, puesto que como bien decía uno de mis profesores: "Hijos míos aprovechad bien estos años por que de ellos depende el resto de vuestra vida. De aquí saldréis preparados para afrontar el futuro y emerger triunfantes de las pugnas a las que os someterá la vida". Y fueron proféticas sus palabras, durante esos años aprendí el germen de lo que más tarde sería mi vida, aunque en lo que concierne a los estudios propiamente dichos nunca fui un estudiante de demasiada envergadura, más bien diría que de ninguna.
Durante mi época escolar hice algunos amigos de los que aún guardo recuerdos agradables, por que yo nunca fui hombre dado a cultivar las amistades, nunca fui hombre dado a contar mis cuitas a otros, puesto que la vida desde muy pequeño me enseñó a desconfiar de los demás. Ahora soy consciente de que estas pocas personas que confiaron en mí durante la niñez eran verdaderos amigos, personas excepcionales que eligieron entre mí o los demás, por que ser amigo mío significaba ser enemigo de los que no lo eran, y esto era así por el simple hecho de que un huérfano, un mendigo aterido, sucio, andrajoso no es una persona como los demás, al menos así lo era para los ojos de los que por fortuna de las circunstancias tuvieron una infancia más afortunada y feliz que la mía. (continuará..)
Valla con el protagonista, pero es normal en la gente que no recibe cari?o, y si encima para la gente "un hu?rfano, un mendigo aterido, sucio, andrajoso no es una persona como los dem?s"
Espero la continuaci?n, Artalia!