Mi vida se desmorona.
Puenting, escalada, alpinismo, subirme a un avión, viajar, montar a caballo, casarme, ser padre, tener mi propia familia... Mi vida se desmorona, y con ella todos los sueños que tenía. No sé exactamente en qué momento se ha tornado tan gris pero creo que desde que tengo uso de razón, las cosas no han ido precisamente como necesitaba que fueran, y ya digo necesitar, no querer.
A medida que fui creciendo me di cuenta de que este mundo está podrido. Todas las expectativas que me inculcaban sobre la vida, que si es maravillosa, que si solo es una y hay que vivirla... Bah, se esfumaron. Y obviamente con ellas, mis ganas de vivir en un mundo donde lo más emocionante que puede pasarte es que te llamen ofreciéndote trabajo para que así puedas pagar todas tus deudas.
