La noche anterior Lupe fue a comer con una amiga tanguera. Cenaron en una parrilla libre donde se tomaron dos botellas de tinto. Después Lupe llamo a Johnny a eso de las 12 de la noche y arreglaron encontrarse por Almagro.
-Johnny.
-Lupe.
-Dame dos altos. Lupe le entrego 100 pesos.
Luego fueron a un albergue transitorio por la calle Salguero y tomaron merca, pidieron wiskhy y miraron pornografía hasta las 7 de la mañana. La merca era buena. Cojieron e intentaron dormir. Dificultoso el hecho de dormir. Así y todo Lupe pudo descansar al menos una hora. A las 10 se fueron. Tomaron un café en un bar lujoso de Almagro. Una caterva de viejas de mierda ronroneaba estupideces y yegüadas. La tanguera le hablaba a Lupe que no entendía nada. Estaba grogui. Necesitaba dormir.
La tanguera se tomo un taxi al centro y Lupe se fue caminando hasta Caballito. Le mando un mensaje de texto a José Antonio (si José Antonio, como Primo de Rivera el fundador de la Falange española. El no tiene la culpa. Cuantos padres le ponen a sus hijos Juan Manuel, reivindicando de esa manera al Restaurador de las Leyes).
-Esperame en diez. Contesto José Antonio. Tardo 15. Le dio faso y merca a Lupe. Lo acompaño a tomar el colectivo.
El viaje se hizo largo e interminable. Lupe desfallecía por una cama. Después de una hora y media de viaje, llego a la casa. No había nadie. Se saco los borceguíes que llevaba puesto, se puso cómodo, prendió la computadora y pensó en tomarse un pase. Solo uno para relajar. La cocaína era maravillosa. Un viaje lúdico al éxtasis.
Dormir quedaría para más tarde.
cuando quera dormir va ser para siempre...
muy bueno el relato!!!