Ella con su voz débil e irreconocible, me dijo Cerra el ojo primitivo que me mira. Me quede helado a su lado.-Las tijeras, usa las tijeras para cortar mi frente marchita. Me apoye en el barandal de seguridad de la cama y me puse a llorar. ¿Por qué, porqué?. Me conforté, al menos la demencia tiene poesía. Repetía y ocultaba mi cara para que ella no viera. Dos días después estaba hundiendo mi mano enguantada en látex en la mierda y en la sangre. Sudaba a mares del calor. Poniendo y sacando la chata, protegiendo con pañales a quien me ponía pañales a mí, cuando daba mis primeros pasos como hijo del mundo. Ahí me dije la enfermedad es despótica, triste y huele a mierda y muerte, como la familia y el amor filial. Como el ojo primitivo que nos mira y marchita la frente.
Todo es c?clico, como la redondez del ojo primitivo; el hijo se vuelve padre y el padre vuelve a ser hijo... pero esta vez de su propio hijo.
Un abrazo!
Impotencia que de no ser, se volveria indiferencia...a mi modo de ver la ultima seria mucho mas triste, asi q huele Ateo, huele que esta bueno ser sensible!!!