Un hombre enterrado en una montaña de perros muertos.
Su voz apagada ante la multitud
Que clama con furia
La verdad disecada
Difundida por aristócratas del nombrar las cosas
De exquisito paladar negro
(Los perros muertos que hablan
Para callar al hombre enterrado).
Fuerte, Ateo. Muy fuerte.
Como a mi me gustan.
Un abrazo.