¿Elegir? Ese verbo suena a una lluvia de opciones, por eso es que contigo, yo no te elijo, yo te vivo, yo te siento, yo te conozco, yo te descubro.
¿Elegir? Es un verbo que cubre el mínimo signo de inseguridad, es por eso que yo a ti te deseo, te aseguro, te quiero, te amo, sin dudas, sin miedos, sin escalas.
¿Elegir? Es un verbo que suena a reducciones innecesarias, a obstáculos, a imperfecciones y yo, yo te veo perfecto e imperfecto al mismo tiempo, eres el mortal que me elimina los complejos y me destruye las limitantes, no hay límites, el límite eres tú.
A ti no te elijo.
A ti te doy las virtudes de mi Universo y complemento mis defectos con los tuyos para aprender a sobrellevarlos, porque así es como los recuerdos persisten; entendiéndolos, atesorándolos, viviéndolos, así como a ti, así como a tu existencia.
No me sueltes, así sabré que elegir es un mal verbo para esto que siento.
