La primera vez que la vi, solo me fijé en su sonrisa, no parecía nada de otro planeta, ni alguien que creyera que el mundo algún día se postraría a sus pies, pero aún así, ella sonreía.
Más tarde yo no recordaba ni siquiera el tono de su voz, pero aún conservaba su sonrisa en mi mente, como el humo que deja un avión al surcar el cielo, ya no recuerdas el avión, pero todavía puedes observar el sendero que ha recorrido.
La segunda vez que la vi, intenté prestar más atención a su tono de voz, a sus gestos, a sus palabras y a sus miradas, pero cuando volví a estar solo no quedaba nada, nada excepto su sonrisa. Aunque para ser sinceros, no quería que quedara nada aparte de su manera de reír. Eso la convertía en una chica soñadora, con la consecuente fortaleza que otorga el hecho de ser tan frágil...
Fueron sucediéndose los días, uno tras otro, y cada vez más a menudo me sorprendía buscando su sonrisa en las caras que se cruzaban en mi camino, por los pasillos, las calles, los parques... a veces tenía suerte, y la encontraba de verdad, me la cruzaba en alguna esquina o la veía a lo lejos riendo a carcajadas. En cuanto la perdía de vista, me ponía de nuevo a buscar...
Acabó por convertirse en una obsesión, cada vez que nos separábamos su sonrisa era más profunda en mi mente, y no sé si a día de hoy sonrío por ser feliz o por intentar imitar la belleza que demostraba con un gesto de sus labios...
Atreyu:
Una sonrisa... Muy poca gente sabe sonreír de verdad. Y la mayoría de las personas no sabemos cómo es una sonrisa perfecta. Por eso, cuando nos encontramos con una, nos hace sentir de una manera que no podemos explicar del todo, se contagia lo que irradia.
Me gustó mucho, pero...
¿Por qué se llama "Trece"?
Beuno, no me lo digas, intentaré resolverlo por mi cuenta jaja