Recuerdo el antes,
como nada preocupaba,
el amor escondido
en cada una de nuestras palabras,
soltando un perfume de deseo
pero el perfume se convirtió en hedor,
las palabras en preocupación,
y la adrenalina de lo prohibido
alterada en peligro.
Desearía volver a empezar,
pero luego todo seguiría igual.
Nada cambiará.
Después de todo,
la mayor problemática es la rutina,
despiadada,
al placer es a quien aniquila.