¡Cuán ingenuo!, pretendo seducir,
robarte una sonrisa, una aventura,
pedazo de mujer, hembra madura,
diamante de diamantes sin pulir.

El fuego del amor ha de abatir
las penas de mil noches de locura,
bañadas al calor de tu premura,
candor que le da forma a mi existir.

Desprecio el devenir de este tormento,
sabiendo que al final es mejorana
la única hierba que a mi alma es alimento.

Si hablamos de soñar, sueño despierto,
te sueño al despertar cada mañana,
flotando entre la bruma de lo incierto.

BeataignoranzaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos