Busco de nuevo. La misma esencia que un día ya descubrió. Nada nuevo en el tintero, pero esta vez en aquella agenda virtual que un día le dio alas para encontrar nuevos cuerpos que descubrir.
Se acostumbró a esa vida, donde consumía lo que quería, y luego se iba. En el fondo quería algo más, pero esto era un secreto.
En ese instante, vio su nombre. Recordó su cuerpo, su olor, su esencia. Y ahí, su coraza se derrumbó.