El Reencuentro (iii)
Atravesó la ciudad, mientras una voz metálica anunciaba cada estación. Aprovecho para garabatear en una pequeña libreta.Dibujos sencillos, aunque para esto nunca fue del todo buena.
A continuación, escribió oraciones cursis que tachaba una y otra vez.
No. No podía permitirse todo aquello.
—¿Llegaste a casa?—leyó la notificación en su teléfono.
Aún le quedaba un rato para llegar, el tren iba a veces muy lento.
—Me quedan un par de estaciones—tecleó.
—Cuando llegues mandame un mensaje por favor, quiero saber si llegaste bien.
Aquella chirriante voz volvió anunciar la estación. Tecleo de nuevo que ya iba de camino a casa.
Tacho la última frase que había escrito en su libreta.Se prometió que iba a estar bien.
