TusTextos

Noche Oscura

Mi nombre es Electra. Soy hija de nadie. A veces pierdo las llaves, los papeles. Todo se desvanece entre mis manos la mayoría de las veces.

Esta noche estoy aquí, en medio del ruido que las notas desordenadas hacen que pierda la noción del tiempo. Apenas prestó atención a las escurridizas letras pero eso es bueno, no tengo tiempo para pensar, sumergirme en mis pensamientos más oscuros.

Estoy hablando demasiado, pero esta noche por fin puedo hacerlo. Es lo que hace un par de copas; al fin desaparece esa sensación de vacío.

Observo a la gente bailar, charlar. La camarera rubia no daba abasto. Antes hablé con ella, una conversación interesante, si hubiera tenido más tiempo quizás me hubiera contado más; pero la gente demanda, la bebida no espera y ella necesita vender más que conversar con una desconocida.

No estoy sola, tengo a mi lado un tipo que conozco desde hace años y apenas sé quién es. De vez en cuando habla. Le contestó de forma educada, a veces distante, sé que no tengo nada en común pero la tentación de olvidar es más fuerte.
Hay momentos de silencio, y bebo. Dice una palabra, y bebo. Así en bucle. Inconscientemente. Cuando por fin se vuelve todo borroso, esbozo una curvatura que se esfumó con el tiempo. Elevo mi espíritu hacía otra dimensión. Los pensamientos desaparecen, la música penetra en mi y por fin puedo bailar sin vergüenza.

La luna apenas acaba de salir y esto es solo el comienzo. El oro líquido hace más efecto cuando no hay nada sólido en tu cuerpo. Me hace gracia como mi acompañante bebe sin mesura, sin que nada le pase; en cambio, mi mente ya se encuentra en otro estado.
Le pregunto dónde está el baño sin poder sostener las palabras de mi boca. Camino entre las luces de neón que parpadean de vez en cuando. Se apaga la luz y tengo que hacer malabarismos para llegar a ese botón grisáceo. Al rato vuelven a apagarse. Y ahí me quedo, como esa luz que va y viene. A continuación, dejo que el agua fluya por mis manos mientras observo como aún sobrevive la máscara de pestañas. Sé que en cualquier momento puedo explotar, pero mi máscara es infalible para este tipo de situaciones.
Vuelvo con ese tipo que me ha acompañado hasta ahora. Sigo bebiendo pero necesito algo más que ese oro líquido. De repente los pensamientos negativos vuelven a emerger y ya me quiero ir.

Mi mente da vueltas.

Mi cuerpo pide que pare. Me pide gasolina para funcionar. Por suerte, cogí un sándwich de un establecimiento regentado por orientales. Mi acompañante sigue a mi lado pero me siento vacía. Ríe continuamente pero no le escucho.

Me hubiese gustado otra escena diferente, sino porque esta ciudad me quema cada día más. Hubo una vez que el mar era mi paisaje más cercano. Pero eso es otra historia.
Sumerjo mi cuerpo en el oro líquido de nuevo, en el frenesí de algo que te hace sentir vivo. Escucho como balbucean palabras mientras entro en mi burbuja particular. Ese estúpido juego me da igual. No me interesa quien mete una bola blanca en un vaso. Solo quiero bailar, bucear entre la muchedumbre. Voy al baño de nuevo pero esta vez no le pregunto a nadie.

Cuando por fin acabo, me siento en cualquier parte de ese minúsculo cubo y una gota cae por mi rostro. Sé lo que es pero no quiero aceptarlo.
Beatrix27 de marzo de 2022

1 Recomendaciones

Más de Beatrix

Chat