Anduvo cambiando de canal, en ese mar donde las opciones se volvían repetitivas. Las mismas historias con personajes mal aspectados, donde ni siquiera habían aprendido bien el guión. Pero algo detuvo su atención. La actriz con aspecto maravilloso y una melena digna de admiración, se enamoraba del chico gamberro pero con buen corazón. Nada nuevo en el tintero, hasta que escucho esa maldita frase que tanto añoraba. En ese momento volvió a cambiar de canal.