Antes que todo, me da gusto que estés de nuevo por aquí; ya te extrañaba.
Hay una frase que dice: ¡Mansa pero no mensa!, pero antes de que te enojes y explotes; déjame explicarte:
Una de las cosas que me costó más trabajo aceptar, fue: que "yo" soy la única persona que puede hacerme un verdadero daño mortal; nadie más. Increíble ¿verdad?, sobre todo si de heridas físicas se trata. Para que me explique mejor te voy a contar algo que me pasó hace unos años.
Mi padre falleció a causa de unos golpes que recibió en su cabeza, no sé cual fue el motivo real, pero sus agresores o agresor escapó. Esto me llevó a una etapa de mi vida muy dolorosa y difícil de sobre llevar. Esas personas conocían todo de mi familia, aún de mis parientes lejanos y me vi en la necesidad de reprimir mi deseo de venganza por miedo de las represalias y de tomar el control de una situación así.
Esto me convirtió en un ser realmente oscuro y resentido. Por fuera aparentaba ser normal, pero por dentro todo lo aborrecía. Sin embargo continué con mi vida y unos años después; todos los sentimientos y recuerdos reprimidos me terminaron por mandar a la lona. Se me juntaron varias cosas. Primero el resentimiento hacia mis padres, en especial a mi papa quien padecía de alcoholismo, el resentimiento contra su o sus agresores; también por el mismo tiempo me dejó la chica a quien yo decía amar con toda mi alma; tuve muchas diferencias con mis jefes del trabajo y la gota que derramó el vaso: una discusión con unos tíos que de no ser porque mi abuela intervino para sujetarme del cuello; hubiera terminado en tragedia. Comenzaba a buscar pelea en el transporte y donde sea que alguien me molestara en la mas mínima e insignificante forma.
Entonces alguien, la última persona de quien yo hubiera esperado ayuda, se acercó a mí. Era mi jefe inmediato con el cual yo había tenido diferencias por una situación de dinero que resultó mal y al cual por cierto yo casi ni le hablaba; sólo lo necesario por el trabajo. El me presentó a las personas que me ayudaron y entre todas ella me hicieron entender muchas cosas que no deseaba reconocer, y una de ellas fue esa: el único daño real que había sufrido yo mismo me lo propicié.
Ah! pero para que yo admitiera que esto es verdad, me tuvo que costar muchas muchas lágrimas y sufrimiento. Yo me negaba a aceptar que el dolor que me consumía por dentro a raíz del asesinato de mi padre, fuera mi culpa; era ilógico; completamente ridículo! Cómo iba a aceptar que mi novia no era la culpable de sentirme traicionado y abandonado; si yo le di todo mi amor, mi tiempo, mi corazón; ¿y ella que hizo? Me dejó porque decía que no estaba segura de lo que sentía. Nunca le fui infiel, nunca la toqué, ni siquiera en los momentos en que me hizo sentir más rabia por su maldita indiferencia. Hacía cuanto podía para complacerla, es cierto que no contaba con dinero para colmarla de regalos y diversiones, pero en todo momento que me necesitó; siempre estuve a su lado. Cada problema con su familia o la muerte de uno de sus familiares, yo era quien se quedaba escuchándola mientras lloraba y maldecía, noche tras noche y tratando de darle esperanzas para seguir adelante, y ¿que recibí a cambio? Un: no eres tu soy yo, me alejo para ya no herirte, discúlpame si te hice daño. Tres malditos años perdidos de mi vida y ahora me dicen que es sólo mi culpa. Ella se fue no yo; como eso va a ser mi responsabilidad. Pues que crees... que sí fue mi culpa.
Alguna vez te dije que sólo podíamos controlar lo que tenemos de nuestra piel hacia adentro, y sí, es completamente cierto. Desde un principio sin que ella me intentara engañar, yo sabía que esa relación no duraría ni se podía pensar en que trascendiera. No soy ningún tonto y hasta en un beso me daba cuenta de la falta de sentimiento; entonces, ¿por qué no la dejé?
Porque la amaba con toda mi alma... ¡Mentira! Era la sombra de la soledad y el deseo, los que me atemorizaban e incitaban, y me hacían seguir allí, aguantando en esa relación. Yo decidí quedarme, yo acepte sus migajas, yo me engañé formando en mi mente una imagen de ella que no existía, yo me negaba a aceptar que ella nunca me quiso. Si lo dijo en alguna ocasión eso no importa; porque ni ella ni yo entendíamos el verdadero significado de la palabra amar. Pero, ¿cómo podría aceptar que fui tan pendejo como para no darme cuenta? Ufff! Aquí entra siempre el orgullo que tanto mal nos hace. Incluso varias veces nos separamos y regresamos. Lo primero que debes dejar --me dijeron-- es tú orgullo que ningún bien te hace.
Pero esto es algo que no cualquiera admite. A mí me tomó cuatro años para aceptar. Y bueno en este caso tal vez sea más fácil de identificar, porque se trata de una decisión que yo debía tomar; pero, ¿y lo que paso con la muerte de mi papa? ¿Cómo explicarían que ese dolor fuera mi culpa?
Entonces me dijeron: ¡Con honestidad grandísimo cabrón! ¿qué es lo que realmente le duele de la muerte de su padre? y yo dije que lo amaba mucho y que el nunca fue una persona que hiciera mal a nadie y que me llenaba de rabia el saber que unas mierdas le hubieran matado por la espalda. Entonces me hicieron ver la verdad a través de mi forma equivocada de ver las cosas. Para no entrar en detalles; te puedo decir que la relación que tuve con mi padre que no fue nada buena, por su enfermedad y su lejanía; tuvo un motivo importante en ese sufrimiento que me producía su partida. Es cierto que ellos lo golpearon y eso causó su muerte; pero en principio el no tenía porque estar ahí; lejos de su casa y de su familia, y exponiendo su vida como tantas veces lo hizo.
Una mujer que recientemente había perdido a su bebe, me dijo: Tarde o temprano todos vamos a partir, pero si ocupamos el tiempo que compartimos para amarnos realmente, el dolor de la partida de nuestros seres queridos, se desvanece rápidamente y se quedan con nosotros las experiencias, la serenidad y los buenos recuerdos.
Hace unos meses terminé una relación que como la anterior no se basaba en nada bueno la diferencia es que ahora reconocí la situación a tiempo y por un gran cariño, afecto y amor que le tengo a esa mujer; la dejo libre pare que sane todas sus heridas y pueda ser feliz. Ahora ella ya tiene una nueva pareja; si comprendió o no ya no es mi problema. Sólo importa la forma en que me siento y aunque me sentí con el orgullo herido por haberme equivocado de nuevo; me quedo satisfecho de que hice lo correcto. Esa sensación de paz, vale mucho más que los ratos y las migajas que te puedan regalar.
Tú decides qué cosas te pueden hacer sentir mal. La indiferencia, la traición, el engaño, la infidelidad, la deshonestidad, el maltrato, y muchas otras cosas casi increíbles, por parte de las demás persona con las que convives y que vas conociendo; no te afectarán a menos que tú decidas.
Por eso lo de mansa pero no mensa; porque es bueno ser amable y generoso, pero a nosotros mismos nos corresponde cuidar nuestra tranquilidad mental.
Por eso te pregunto de nuevo ¿Cómo eliges a las personas que importan en tu vida? ¿Por su aspecto? ¿Por su prestigio? ¿Por las referencias de alguien más? ¿Por los detalles que puedan tener hacia ti?
Lo más importante: ¿Que cosas son valiosas para ti? Pero recuerda: sé lo más honesta que puedas al contestarte y mantén una mente abierta a la posibilidad de que te puedas equivocar; que los errores no te convierten en una mujer menos valiosa; si los superas te harán grandiosa.
¿Y qué pienso de ti?
Pienso que eres una hermosa mujer y que me gusta platicar contigo; aunque sólo sea a través de esta página. Eres especial como un colibrí de pecho azulado. Un beso y un abrazo!
David: Jaja no, tranquilo no me voy a enfadar, en un principio soy una persona tolerante , después de haber dado muchas oportunidades es cuando ya no tengo paciencia:)
Sí, es increíble que sólo tú hayas podido hacerte daño, y no aquella mujer, ni tu padre .
Siento mucho lo de tu padre, me imagino la rabia que sentías al pensar que alguien le había matado y que no podías vengarte .
En esos momentos la cosa mínima nos afecta, cuando estamos tan heridos y nos sentimos tan débiles.
Cuando le damos todo a una persona y no nos corresponde nos sentimos muy mal, yo lo he vivido, y eso hizo que en alguna manera me cerrara a los demás .
Pero sí, tenías la culpa, porque sabías que acabaría mal y aún así seguiste con todo.
Y en la relación que has tenido hace unos meses, has hecho bien en dejar que ella sane sus heridas, bueno yo creo que has aprendido porque sino habrías seguido con esta nueva relación que tampoco te hubiera traído nada bueno :)
Bueno, y el caso de tu padre... es un poco más complicado, es algo muy doloroso y difícil de comprender como tú bien has dicho, te costó aceptarlo y entenderlo, y repito siento mucho que haya ocurrido lo que ocurrió.
Aquella mujer tenía razón, y yo con mi padre tengo una relación muy fría, de hecho somos completamente iguales pero él es más abrumador, le gusta más controlar,y eso me desconcierta así que pongo una barrera para no tener mucha comunicación con él, el otro día le pregunté que que tal estaba, me respondió que bien y le dije que me alegraba, le extrañó que se lo dijera, y a mí me extraño que le extrañara .
Es muy triste...
Siempre he elegido a las personas que están en mi vida según el grado de confianza que haya entre esa persona y yo, según si nos entendemos (porque es difícil entenderse conmigo, pero solo a veces) , por los detalles que tienen hacía mí, por si demuestran interés en estar conmigo y son amables demostrando que les caigo bien, no por su prestigio ni aspecto, pero siempre renuevo mis amigos, porque acaban fallandome, pero eso no me deprime, es mejor no tener gente interesada a mi alrededor :)
Gracias por pensar eso de mí, es un honor que me veas especial! Tal vez y yo también pueda compartir tu opinión algun dia sobre mi propia opinión .. :)
Un abrazo y un besoo!
PD: Perdona por escribirlo todo descolocado; es que mi mente se ha levantado así esta mañana :S
impresionante..sin palabras. Genial.