Ahora te añoro.
Aquí, en este momento,
aquí sentada, pensándote,
cierro los ojos, amor,
y te siento.
Ahora te extraño.
Vuelvo atrás la mirada
y de tanto necesitarte
siento que tu ausencia
en el alma me hace llagas.
La casa entera huele a
tus besos y entre las
cortinas se ha quedado
agazapada tu risa.
Siento tu aliento pegado
a mi cuello mientras
tus manos me recorren en sueños
y tu azul me persigue
cuando la luz se apaga
y al hacerse de día
se pega a mis huesos
como el sonido en una
lenta melodía.
Y con mis lágrimas
te hago una casa
a la que puedas, amor,
regresar cuano llegue el
alba.