Para aprender a amarte
he quemado todas mis naves,
he borrado mis recuerdos
y ya sólo sé que te
llevo dentro.
Me has grabado tu nombre
a fuego y ahora cada
ausencia tuya es
mi tormento.
Las horas pasan tan lentas
cuando no te tengo
que en la noche
salgo a buscarte
y libro batallas en
contra del viento.
Me peleo con gigantes,
me quemo la piel
y me rompo los huesos;
todo con tal de tenerte
fundido en mi ser
tan sólo un momento.
Y hasta que regreses
me alimento del sabor
de tus besos, de tu olor
prendido en mi piel
y de tu esencia que
me quema por dentro