La lluvia me recuerda
el sabor de tus besos
y el viento que mece mi pelo
me parece que son tus manos
cuando recorren, amor,
mi cuerpo.
Aquella noche tenías sabor
a invierno,
a noche helada, amor,
a momentos tiernos.
Ahora que hace frío
necesito que me guarden
tus caricias, que
tus manos me cobijen
de las tormentas de enero,
que tu amor sea mi resguardo,
que no vuelva otra vez el miedo.
Yo a cambio te ofrezco
amor mío, compartir contigo
por entero mi universo,
hacerte un sitio en mi alma
y caminar a tu lado,
aunque sea arduo el camino
y por más que mis pies se cansen;
porque si me sostienes, puedo.
Amor de mujer, estas enamorada, enamorada hasta las entrañas. Es muy bonito tu poema.
Hera.