Cartas de Amor En la Distancia
2
21 de septiembre de 2011
por beth
Inmersa en esos recuerdos llegó Isabel a la que habÃa sido la casa de su madre, heredada de sus abuelos cuando era una joven recién casada. Estaba enclavada en lo alto de un promontorio desde donde se veÃa discurrir, en una suave ondulación, el monte de pinos y robles. A espaldas de la casa, la montaña que habÃa visto nacer a todas las generaciones de la familia; y el rÃo donde ellos se habÃan bañado de pequeños; saliendo de allà morados de frÃo y a la espera de la merienda que su madre les habÃa preparado en el porche. La casa era de piedra, de paredes gruesas que aislaban del frÃo en invierno y del calor en verano. Las ventanas seguÃan siendo de madera, su madre nunca habÃa querido cambiarlas, a pesar del trabajo que representaba mantenerlas en buen estado. TenÃa el tejado de pizarra, como era normal en esos parajes de montaña; y un jardÃn delantero que Mamá habÃa cuidado con esmero, aunque ahora, en otoño, empezaba ya a deslucirse. Dejó el coche en el camino empedrado de la entrada. Aunque pensaba quedarse un par de dÃas, ordenando cosas y separando lo que iban a conservar de las cosas para tirar, le daba pereza guardarlo en el garaje. Además, seguro que su hermana Eulalia se le habÃa adelantado ya, y sólo habÃa espacio para un coche. Sacó la pequeña maleta y empujó la puerta, que solo estaba entornada. En la entrada, apoyada en el banco donde Mamá solÃa dejar el sombrero que usaba para trabajar en el jardÃn, estaba la enorme maleta con ruedas de su hermana mayor. No entendÃa por qué esta mujer siempre viajaba con tantas cosas aunque solo fuese para dos dÃas.
Escuchó el taconeo de su hermana en la cocina, y dejando la maleta al lado de la suya, allà se dirigió. Eulalia estaba haciendo café. Al verla entrar se adelantó y le puso la mejilla para que la besara, mientras Isabel hizo apenas un amago de acercamiento, y se limitó a besar el aire, y no la cara de su hermana. Le echó un vistazo disimulado. Desde que Eulalia habÃa perdido al menos diez kilos, se le habÃa quedado una cara horrible, con las pieles colgando, y una mirada frÃa y sin brillo.
-Has llegado pronto-le dijo Isabel, por decir algo.
-Si, y no sabes lo que me ha costado. Como Andrés es tan inútil, he tenido que dejarle la comida preparada para estos dos dÃas, la ropa debidamente clasificada, la suya y la de los niños. Ser esposa y ama de casa es agotador yÂ…
-Si no fueses tan controladora y les dejases a tu marido y a tus hijos que hiciesen cosas por si mismos, tal vez no tendrÃas que quejarte tanto-la interrumpió. No soportaba sus constantes lamentos a la vez que para hacerse la imprescindible dudaba que le dejase al pánfilo de su marido que se lavase solo los dientes.
-Claro, como tú no tienes hijos…para ti todo es sencillo-estalló Eulalia, mirándola con inquina.
Isabel no le contestó. Aunque en público ella siempre manifestaba que no estaba en sus planes tener niños, de momento, sus más Ãntimos y por supuesto su familia, sabÃan que habÃa sufrido varios abortos y que estaba intentando de todas las maneras posibles quedarse embarazada; con lo cual esas palabras le parecÃan arrojadas directamente como dardos. Ya se sentÃa cansada y acababa de llegar. No querÃa pensar lo que serÃa pasar con su hermana los dos dÃas siguientes. Menos mal que quizá también viniese Blanca a ayudarles. Quizá su presencia benéfica tranquilizase algo las cosas. No sabÃa bien lo que emanaba de su cuñada, pero tenÃa la virtud de ponerles a cada uno en su sitio con una mera palabra o a veces con un simple gesto.
-
Endlesslove
Isabel y Eulalia , reación de hermanas .... mas común de lo que se piensa , tirante el momento. seguiremos el desenlace.
!como sufrimos las madres como Eulalia, controladoras! jejej
Un abrazo
22/09/11 03:09
-
Norah
pero tenÃa la virtud de ponerles a cada uno en su sitio con una mera palabra o a veces con un simple gesto...es de ese modo como siempre te imagino.Beso hermana lunar.
22/09/11 03:09
-
Beth
Yo no tengo hermanas, por desgracia, y debido a eso he de hacer un gran esfuerzo para definir o crear este tipo de relaciones, pero pienso que puede ser creÃble, se quieren pero les cuesta soportarse. Abrazos
22/09/11 08:09
-
Beth
Ah, querida Norah, ojala yo tuviese esa virtud; aunque reconozco que me gusta intentar al menos devolver a su lugar a quien se sale de él. Besos
22/09/11 08:09
-
Buitrago
Cuanta realidad amiga, muy buen texto
saludos
Antonio
22/09/11 10:09
-
Beth
Gracias Antonio, por tu lectura y comentarios. Un cariñoso saludo
22/09/11 10:09
-
Vocesdelibertad
Pienso que yo calzo con tus novelas jaja yo tengo una hermana y compartimos muchas cosas bonitas, ambas somos sinceras, aunque a veces también nos hiere serlo. Me encantan tus historias, bueno eso ya lo sabes, pero ese toque cotidiano y real es genial.
Abrazos
22/09/11 04:09
-
Beth
Gracias querida Voces. Lo del toque cotidiano quizá sea porque soy muy normalita y poco intelectual y escribo de lo poco que se: vida de todos los dÃas, sentimientos, alegrÃas, penas, desamor, amor...el pan nuestro de cada dÃa, vaya. Un abrazo también para ti
22/09/11 04:09
-
Laredacción
Es evidente que la temática que aborda una novela gustará más o menos en función de las preferencias de quien la lee. Lo que es indiscutible es la calidad de la narración que nos presentas, por lo que te felicito.
Me parece muy acertado no hacer las entregas demasiado largas, se agradece por la falta de tiempo.
Te seguiré leyendo.
Un cordial saludo.
Esteban.
28/09/11 07:09
-
Beth
Muchas gracias Esteban. Se que el tiempo es bien preciado y no quiero quitaros demasiado
28/09/11 09:09
-
Danae
Un paisaje y un escenario muy bien descritos, llenándose de personajes con detallados matices de su interior, sus miedos y frustraciones, enmarcados dentro de las relaciones familiares que entre sà comparten.
Yo, sigo.
Un beso grande, Beth.
02/10/11 08:10
-
Beth
Pues encantada de que sigas estas locuras y fantasÃas mÃas que se enriquecen con los comentarios, de los que tanto aprendo. Un enorme abrazo
02/10/11 09:10
Sigue leyendo a Beth arrow_downward
Anhelo1891 lecturas, 14 comentarios