TusTextos

Como El Ave FÉnix

Cuando necesito pensar, curar heridas, cerrarlas incluso, o poner punto y final a un capítulo para empezar otro, de manera inconsciente siempre voy al mismo sitio. Supongo que intento buscar el espíritu protector de mi padre y por eso busco los lugares cercanos a donde él nació y creció, y que estuvieron siempre presentes en mi vida. Por eso esta mañana de domingo, un domingo soleado y tranquilo, fui al monasterio de Monfero, aunque para mí es el convento de Elena y Daniel. Y le llamo así porque allí ambienté la segunda novela que escribí y creo que uno de mis hijos literarios más queridos. Sobre todo el personaje de Daniel, ese hombre que modelé con mi mente y que representaba, supongo, mis más íntimos deseos.
El convento de Elena y Daniel está igual que siempre. Y también yo hice lo mismo que hago cada vez que voy. Lo recorro, por entero, al menos la parte que se puede, enciendo una vela por la gente que quiero y también por mí misma, para que mi vida se ilumine y haya paz en mi interior. Luego me siento en uno de los bancos y me quedo un rato pensando, mirando hacia el altar en donde hay varios sepulcros de caballeros medievales de la familia de los Andrade. A veces solo pienso, otras veces también rezo. Hoy hice un poco de las dos cosas. Y cuando salí de allí me encontré algo mejor.
Y antes de volver a casa tenía otra visita pendiente. Fui a la torre del homenaje, que es lo único que queda en pie, del castillo de los Andrade. A esas horas estaba casi vacío. Solo me encontré con una pareja muy joven que ya salía del torreón. Hay una estructura de madera por dentro con escaleras que permiten un acceso bastante cómodo, aunque agotador; pero si se quiere llegar a la terraza, al punto más alto, las escaleras son de piedra, no tan cómodas y peligrosas. A pesar de mi medio siglo…llegué con mucha dignidad y sin tener que pararme a tomar aliento. Y una vez arriba…el paisaje cura todos los males. Se ve la Torre de Hércules, el puerto de Sada, mi querido Montefaro, parte de Ferrol y por supuesto, la hermosa desembocadura del Eume. Desde allí llamé a una persona que formó parte de mi vida hace unos cuarenta años, cuando era una niña, y que ha vuelto, de alguna manera, ahora que ya estoy entrando en esa etapa de la vida que la gente llama madurez, aunque no sé si es la palabra correcta. Quería compartir dos cosas: la belleza del lugar y también que después de un tiempo malo, de dolor, sufrimiento, y de mucha reflexión, estaba empezando a encontrar una cierta paz interior. Una paz que sé que me llegará con cuentagotas, y que quizá haya muchos momentos malos todavía; pero que hoy he empezado a sentirla, de la misma manera que cuando despunta la primavera van brotando las primeras hojas en los árboles. Puede que vuelva el frío, incluso que nieve, pero los primeros brotes, aunque tiernos, ya están ahí.
Y en el camino, tanto de ida, como de vuelta, me ha acompañado en el coche un hombre al que no conozco, pero que es parte de mi vida, por su hermosa voz, su simpatía, su calidez; y porque pone siempre una música que me levanta el ánimo y cuando le escucho siempre renazco, como el Ave Fénix. Me refiero a Javier Penedo, de M80, al que doy las gracias por hacer más llevaderas incluso las heridas sangrantes.
Beth14 de septiembre de 2014

4 Comentarios

  • Polaris

    He vuelto Beth, te echado de menos, al leerte solo puedo pensar que es cierto que estas curada, aquellos días en que yo te conocí quedaron atrás para siempre, me alegro, nadie se alegra más que yo. Mira hacia adelante, el futuro es tu respuesta, el amor te ha salvado, parte del mio, tambien.


    Te quiero.


    Pol.

    14/09/14 10:09

  • Beth

    No es exactamente como tú piensas, no me ha salvado el amor, me ha salvado una fuerza que yo no sabía que tenía. Y la protección de mi padre. Penélope ya no espera, ya no teje; Ulises no volverá a Ítaca, pero Beth ha sobrevivido a un enorme naufragio...o al menos intento sobrevivir.

    Si, tú me has ayudado mucho, y me has levantado unas cuantas veces. Y por eso siempre formarás parte de mi vida. También Ulises, porque me ha enseñado algo que no sabía de mi misma: mi enorme capacidad de amar.

    Un beso

    14/09/14 10:09

  • Sandor

    Beth, se me habia pasado esta larga reflexión...preciosa. Espero que estés bien, yo hata hace un minuto lo estaba, pero me sacó de mis casillas un comentario que le hacen a Pol el listo de turno; no he tenido más remedio que salir al ruedo.
    Un abrazo
    Carlos

    17/09/14 11:09

  • Beth

    Querido amigo...que nadie te saque de tus casillas, no hay persona alguna que merezca tu intranquilidad. Yo...estoy bastante bien. Muy serena. Y mañana me marcho de mojiteo...prometo mandarte una foto. Creo que hasta me tomaré también una caipirinha. Un beso enorme

    17/09/14 02:09

Más de Beth

Chat