Cuando regreses cansado
de este mundo a veces
tan cruel, tan oscuro y obstinado,
aquí te estaré esperando
para acogerte en mis brazos.
Yo no te haré preguntas
ni te pediré que me cuentes
lo que haya pasado.
Tan sólo haré para ti
una cama que nos acoja
a los dos y nos sirva
para olvidar cuanto haya
habido de equivocado.
Será una cama hecha
de espliego y romero,
de mil flores que no recuerdo
y de los besos que aún te debo.
Y alli amor mío dormirás
cada noche a mi lado,
olvidando el mundo de afuera,
dejando atrás el pasado.
Ahora sólo hay presente
y un camino que se abre
para ir juntos, de la mano.
!Que acogedor este poema. Dan ganas de dormir estar ahi. Saludos