TusTextos

El SÍndrome de Las Gafas de Sol

En el mundo hay muchas enfermedades raras; demasiadas a las que la ciencia y la Medicina, con todos sus avances y sus buenos profesionales no saben de qué manera atajar. Dicen que viviremos ciento veinte años en un futuro bastante próximo. Yo espero sinceramente no entrar en ese cupo; debe ser aburrido estar tanto tiempo en este mundo imperfecto, oyendo siempre las mismas desgracias, las mismas noticias, viendo que pocas cambian y las que lo hacen suele ser para empeorar.
De entre todos los síndromes habidos y por haber hay uno que me toca especialmente la fibra sensible que todos, incluso yo, tenemos. No es una enfermedad mortal de necesidad, ni mucho menos. Uno puede padecerla toda la vida y llegar hasta los ochenta o casi hasta los cien años. En ocasiones parece que ya se ha curado, pero por desgracia es un mal de raíces largas y cuando se agarra a una víctima lo hace a conciencia y casi nunca la deja. No duele, al menos de manera física; puedes padecerla toda la vida y no necesitarás tomar ni un solo analgésico, o tal vez sí, pero el que tú necesitas no lo han inventado todavía. Los sesudos señores y señoras de bata blanca que se dejan la vida investigando para mejorar nuestros males, quizá ni se hayan parado a pensar cómo paliar este síndrome, lo cual es normal, porque muchas de las personas que lo padecen ni siquiera se dan cuenta.
Todo empieza el día en que sales a la calle y te percatas de que no hace sol; más bien hay una bruma que lo envuelve todo y no eres capaz de ver más allá de tres o cuatro metros hacia delante. Los coches circulan con las luces encendidas y hay humedad en el aire, incluso puede que negros nubarrones. Pero tú sigues adelante con tus gafas de sol puestas, cuanto más oscuras y más grandes, mejor. La gente, te das cuenta, te empieza a mirar de manera rara cuando entras en una tienda y no te las sacas, y la cajera del supermercado te dice con los ojos que eres una maleducada porque le pagas con una sonrisa, pero sin desprenderte de esas enormes gafas de sol. Al principio de la enfermedad te convences a ti misma de que lo haces por emular a Jackie Kennedy y porque te quedan bien; al menos se te notan menos las ojeras y las arrugas, es una manera de verte mejor. Pero cuando dependes tanto de ellas que si abres el bolso cuando bajas en el ascensor y no las encuentras te da una especie de ataque de pánico y tienes que subir de nuevo pulsando como una posesa todos los botones del pobre ascensor para llegar rápido al rellano, abrir la puerta rápido y recoger tu ración de droga, tus preciosas y valiosas gafas grandes, enormes y oscuras en el mueble de la entrada, ya estás perdida. Cuando te las calas, das un suspiro de alivio, como el alcohólico que se agarra a la botella como el bebé a su biberón, o como el heroinómano que consigue una nueva dosis que pincharse. Necesitas de su protección para salir a la calle y enfrentarte al mundo. Salir sin ellas es como si a un ciego le quitan su perro lazarillo o su bastón. ¿Qué pasaría si de repente tuvieses que enfrentar el mundo, las miradas de tus semejantes y todo lo que se cuece diariamente sin el escudo protector de esos cristales oscuros que te aíslan y te alejan de los demás? Sería algo tremendo, porque entonces podrían mirarte directamente a los ojos y aunque la mayoría no verían nada, siempre cabría la posibilidad de que alguien se diese cuenta de ese secreto que quieres guardar a toda costa, porque es tu tormento, tu vergüenza y tu mayor lastre…
No hay problema, ese secreto está a salvo conmigo, a nadie se lo contaré. Pero por Dios, no te dejes nunca en casa las gafas de sol; no respondo de las consecuencias si tienes que salir a la vida sin protegerte.
Beth27 de mayo de 2012

18 Comentarios

  • Davidlg

    jajaja Que bueno que estoy algo ciego, y pues me resulta imposible usar gafas oscuras, pero aquí el fenómeno resulta mucho más preocupante, ya que no son sólo las gafas, sino toda una gama de accesorios y actitudes que hace muy difícil entender y convivir a los adolescentes y jóvenes. Una de las cosas más graves es que se esta haciendo a los narcotraficantes y delincuentes, los héroes nacionales, y portar armas además de utilizarlas para asaltar, resulta un motivo de orgullo para los jóvenes. Es triste ver las condiciones en las que termina una simple campaña para vender un producto, en este caso las gafas de sol, que minan la confianza y alejan a las personas de la realidad. saludos amiga!

    27/05/12 11:05

  • Beth

    Pero a veces hay gente que las necesita como escudo y protección. La sonrisa puede engañar, los ojos nunca, amigo mío. Y da miedo desnudar el alma ante los demás

    27/05/12 11:05

  • Asun

    Beth, no lo habia pensado yo así, no pensé que fueran un escudo, solo una moda. A mi me quedan fatal, y apenas las llevo. Sin embargo tenía muchas ganas de llevar gafas, me gustaba mucho el gesto de ponértelas para ver algo de cerca, me parecía que era muy elegante, ya ves tu. Y ahora empiezo a necesitarlas, y ya no lo veo tan gracioso.
    Besitos.

    28/05/12 12:05

  • Beth

    Para algunas personas, entre las que me incluyo, son eso, un escudo,una defensa ante el mundo. Una cobardía, por más que queramos vestirlo de elegancia. Yo tengo unas cuantas, y encima, graduadas, claro

    28/05/12 12:05

  • Davidlg

    En eso tienes razón, será que siempre tuve una mirada de pocos amigos y ese era mi escudo; ahora ya no es común que baje la mirada, o que la imponga como un reto; creo que eso es bueno. Un abrazo amiga!

    28/05/12 12:05

  • Beth

    Pues intentaré aprender de ti y mirar sin gafas. Un abrazo de buenas noches

    28/05/12 12:05

  • Creatividad

    Beth, sigues siendo la mejor, descifrando esos millones de detalles del vivir diario que todos hemos experimentado u observado en un momento u otro. Otra vez me has puesto una sonrrisa desde el ascensor hasta la tienda....Buenisimo.

    28/05/12 03:05

  • Buitrago

    Me ha gustado mucho, yo las uso y mucho, pero me las quito por lo normal cuando hablo con alguien que no lleva gafas de sol pues lo considero de mala educacion pues como muy bien puntualizas, son los ojos los que no se esconden al hablar.
    Un abrazo

    Antonio

    28/05/12 07:05

  • Beth

    Así es Antonio, lo has expresado a la perfección. Un beso

    28/05/12 10:05

  • Beth

    Y también hacias las personas que las necesitan como escudo para ver el mundo. Que de todo hay. Besos Sete

    28/05/12 10:05

  • Didina

    Cierta parte de mí siempre pensó como tu has tenido la sabiduría de plasmar, hay por supuesto quien las necesita..... pero siempre se abusa de ellas. Yo nunca las he necesitado, solamente si al conducir hago un viaje largo, y es día de sol abrasador pueden llegar a hacerme falta, de hecho solo tengo un par y está en la guantera del coche. Eso solo significa que lo más seguro es que tenga otro medio para esconderme a la vista de todos.
    Eres genial.

    28/05/12 11:05

  • Beth

    Gracias Didina, genial no creo, más bien un poco lunática, cosas de cancerianos. Yo tengo tres o cuatro pares, me hacen falta para conducir, son graduadas, además de que mis ojos claros llevan muy mal lo del sol ardiente. Y confieso que las he usado de protección mucho tiempo; todavía ahora lo hago. Pero...desde luego no las uso de cristal de espejo; eso es que lo odio, me parece propio de mafiosos y chulos baratos. Más bien con las mías parezco la Hormiga Atómica, personaje singular de los dibujos animados de mi lejana infancia. Un abrazo

    28/05/12 12:05

  • Didina

    Hala!!!! que buenos recuerdos me acabas de traer.... la hormiga atómica, Don Gato, El genial Oso Yogui y su pequeño amigo Bubu, Los Osos Montañeses, los Autos Locos, Maguila, Leoncio o mi gran amigo Pulgoso con aquella risilla maliciosa como el mismo.... Los Picapiedra... Hay¡¡¡... no sigo..... que me entra la melancolía de tiempos sin problemas, sin agobios..... tiempos que no volverán, de corazones que ya no están a mi lado......

    28/05/12 03:05

  • Beth

    Confieso que durante mucho tiempo fui fan de los Autos Locos y quería tener un coche como el de Penélope Glamour (bueno, todavía quiero). Y lo de ...Wilma, abreme la puerta...

    28/05/12 04:05

  • Febe

    Eres tan creativa ,siempre quedo como capturada en tus historias, me encanta leerte. Un gran beso amiga preciosa.

    28/05/12 07:05

  • Beth

    El placer es mío de que me leas, querida Febe. Gracias. Besos

    28/05/12 07:05

  • Elnovelistadeoro

    Una polemica protesta al globo, me sumo amiga yo tambien defendere la causa, de hoy adelante no hablare con personas que se oculten en las negruras, pues puede que sin saberlo este hablando con un farmaco dependiente en que mundo acabaremos si lo permitimos hoy, mañana no quiero ni pensar.


    Es lo bonito de las letras, saludos muchos amiga.

    28/05/12 08:05

  • Beth

    Gracias por tu presencia. Saludos cordiales

    28/05/12 08:05

Más de Beth

Chat