Es que de pequeña las llevaba. Todavía recuerdo los tirones que me daba mi madre al peinarme. Un beso
Gracias David. Tú, que eres tan joven, no recordarás lo de los pupitres y los tinteros, pero una, que peina canas, si. Besos
Si hija si, lo de las coletas es una fijación maternal. A mi hija también se las he puesto en su momento y ella también me dice que le daba tirones. Pero no le hago caso porque esa niña siempre ha sido una exagerada
Hola Antonio, ya ves que ideas me dan, a la vejez...viruelas. Aunque igual no me venía mal algo de caligrafía para mejorar mi letra. Que pases un día estupendo
Querido Democles, tú nunca podrías cansarme. Este poema tiene sus raíces en una conversación mantenida ayer con alguien muy especial en mi vida, y sobe todo por haber visitado una especie de museo casero de gomas de borrar, lapiceros, plumas, tinteros, papeles secantes y muchas cosas que hoy ya no se usan. Y sobre todo de las risas y de imaginarnos como sería habernos conocido cuando teníamos seis, siete, quizá ocho años. O quizá lo hemos hecho, ¿quién sabe? Pero a mi me ha servido para escribir estas bobadas y recordar coletas y tirones, y alguna lágrima mañanera porque yo no quería coletas y mi madre no quería melena suelta al viento (algo impropio de una niña educada y buena; lo que se supone que yo era).
Un beso, amigo mío
Gracias Pauli. Esa canción supongo que refleja algo muy común. ¿Quién no ha tenido un primer amor en el colegio y ha visto con pavor la llegada del verano? Saludos cordiales
Aunque no llevara coletas, siempre deseaba que se sentara a mi lado.
Un saludo.
Ah, es que las coletas son solo un complemento, pero no lo más importante. Saludos cordiales y gracias por la lectura y comentarios
Muchas gracias Sete, creo que todos hemos sentido esas cosas, esas mariposas en el estómago. Besos y gracias por pasarte
Por si alguien quiere escuchar la canción
http://www.elrinconletrasperdidas.blogspot.com.es/2012/05/goma-de-borrar.html