Hoy he puesto la primera piedra
de una casa en lo hondo
del valle, allá donde se
pierden tus pasos y la pena
se confunde con el olor
del brezo y la retama
que recojo al caer la tarde.
Aún está mi casa sin tejado,
y por no tener, no tiene más
que un agujero en lugar de
ventana; pero igual por ahí
me asomo a que el
aire me mezca en sus brazos
y el viento del Norte mueva
mis alas de mariposa quebrada
y pueda de nuevo salir volando
hasta llegar a mi montaña
Gracias amigo mío, sobre todo por lo de poetisa, que a todas luces me viene grande. Pero ya sabes, mi vanidad no conoce límites ni yo la vergüenza, si a eso vamos. Te mando un gran abrazo desde este otro lado del mar
La verdad es que casi nunca he escrito poemas largos, supongo que me falta bagaje para hacerlo o que intento expresarme en pocas palabras. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo