No es sencillo disponerse
a matar poco a poco,
lentamente y sin que
nadie lo note,
este sentimimiento que
todavía me crece por
dentro, que me llena
de dicha y a la vez
de doloroso tormento.
No es fácil matar
cuando lo único
que quiero es poder
darme la vida
una vez más mirándote
a los ojos, dándote
mis labios a besar.
Pero ya el tiempo
está pasando y avanza,
raudo, el reloj que
marca mi muerte, esa
hora en que todo lo
tenga que dejar
para emprender un
camino distinto,
más solitario, más
de verdad.
Un camino orlado de
árboles negros que vienen
mi cadáver a velar,
un camino sin torres
de piedra ni cielos azules,
ni días de soles altivos
y paseos a la luz de la
luna, viendo a mi lado
tu sombra caminar
entiendo perfectamente todo lo que dices... aunque mi caso sea diferente, pero eso de que nadie lo note... eso es imposible querida amiga... tus palabras hablan por si solas... es como decir que nadie notará mi ausencia...
un beso!!!