No me llores cuando falte
ni te acuerdes de mi con pena,
pues mi ausencia es un pájaro
leve que aletea y se mueve
ajeno a quien le condena.
No me recuerdes, triste en la noche
ni sientas que me he ido
apenas, pues mi ausencia
se viste de flores, de leves colores
y de los recuerdos que dejan
en el alma los breves dolores.
No te quiero triste ni apenado,
ni que te eches en cara nunca
el haberme olvidado,
pues mi ausencia te sirve
de guía, es tu apoyo y
quiero que, aún con todo,
sea en este camino tu amparo
Beth:
"No te quiero triste ni apenado,
ni que te eches en cara nunca
el haberme olvidado,
pues mi ausencia te sirve
de guía, es tu apoyo y
quiero que, aún con todo,
sea en este camino tu amparo".
Amita, en la presencia o en la ausencia, siempre te recordaré con alegría y agradecimiento por haberme acogido en tu casa.
Un abrazo fortísimo.
Sergei.