Juego a enlazar palabras,
haciendo con ellas collares
que se enredan en mis
dedos, como lo hace a veces
en la noche tu pelo.
Reúno en mi mano
sílabas que suenan
algunos días como
si fuesen de acero;
y en otras ocasiones
por mi cuerpo se deslizan
en caricias de terciopelo.
Palabras que van cayendo
en mi regazo, y hasta
de vez en cuando
me sirven de consuelo.
Y cuando construyo una
frase entera, en un
baúl de mil soles
de otoño la guardo, porque
no quiero que se
contagie de tu silencio
y de mi anhelo.
Ahí permanece escondida,
alejada de la rutina
diaria, cosida por tus
recuerdos y aferrada
a mi pecho
Sabes amiga... no sé si ya te lo dije antes, pero tus poemas son los más románticos que he leído...
Un beso y un abrazo!!!