Me vais a permitir que esto sea para una amiga muy querida que acaba de perder al compañero de su vida.
No llores cuando
le recuerdes, porque
realmente nunca
se ha ido.
No llores cuando
en la noche
la soledad te alcance, y sangre
tu corazón dolorido.
Háblale, cuéntale
y cántale al oído.
Porque está al otro
lado, porque sigue
a tu lado,
porque tan solo está
escondido.
Porque te está esperando,
porque te guía
en tu camino; y en la
distancia, al otro lado,
te espera en la noche.
Porque no le has perdido
La muerte no es el fin...