Apenas te has ido y me rodean
las sombras, se hacen un sitio
a mi lado y me traen esos
pensamientos breves, indeseados.
La casa huele a ti.
Tu presencia late en
mi pecho, el aire tiene
sabor a tus besos.
Y a medida que te alejas, amor,
no sé por qué extraña razón,
te vas quedando más dentro.
Y añoro tu risa abriendo
surcos en mi piel, tu voz
que se desliza en mi oído
como lo hace una mariposa
en medio de la lluvia,
consiguiendo que poco
a poco se nublen mis sentidos.
Y quiero saber de nuevo
que eres mío, que tu corazón
late también en mi pecho,
que tu sangre corre por mis
venas, que tu cuerpo y el mío,
de tan unidos, en uno solo
se han fundido.
A los tres,muchas gracias. Querido Pol...he dejado hace tiempo de hacer planes. No merece la pena. Vivo el día a día, y hoy con la resaca de la felicidad y la tristeza de la ausencia. Pero...sobreviviendo. Sabes que te quiero
Quítate la ropa y envuélvete en la sabanas,huele el olor, y grita que has vencido, has sido amada, miles de personas jamás podrán sentir ese olor, ni tener ese sentimiento, eres dichosa.
Ya he dejado de preguntarme y de asombrarme de que puedas saber tanto sin saber...Pero si,es verdad. Soy dichosa, al menos hoy. Cuando alguien te dice que eres su refugio...eso es felicidad, aunque nadie sepa lo que va a durar. Mi ángel de la guarda...sabes que te quiero
Vive el presente sin sombras, Beth.
Sin embargo, puedes seguir escribiendo sobre las sombras o lo que se te ocurra. Siempre me encantará leerte.
Un enorme abrazo.
Esta presencia, como tú dices, va y viene. Pero nunca deja de estar. Cuando se va es cuando más cerca la siento y la vuelta es simplemente...de manera física. De la otra forma, nunca se ha ido. Lo que importa siempre se queda. Un abrazo y gracias por leer lo que escribo