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Algo Paso En Villa Mercedes 1º Parte


La tarde una vez más se posaba en los altos cerros de aquel pueblo. Un silencio de lo más hondo estremecía su fría vida entre su tranquilidad allí estaba Don Esteban. Su larga barba testigo de tantos años recordaba que debía recoger el ganado.
Monto su alazán y este con una mirada mezclada en su tristeza y afán por seguir las ordenes de aquel hombre se daba cuenta que no había animales más que ellos dos en ese lugar y en ese preciso momento. Pronto el viejo se dio cuenta de que todo estaba en una ilusión, sentía como el tiempo le cobro tantos años que ya no los tenía en sus manos encrespadas del trabajo árido en su hogar.
De lo lejos se oye como un estruendo un grito de mujer. –Viejo ven aquí, ¿qué haces allí afuera? Entonces la realidad una vez más preciso a ese buen hombre que debía entrar, la noche se acercaba acechando próxima en aquellos cerros. El hombre entro a su hogar pero antes de cerrar la puerta miro entre la hendija que quedaba entre la puerta y el marco en un ultimo intento por ver si lo hallaba pero nada cambio. Aquel que tanto esperaba no vendría.
Dentro de la casa un aroma cautivante adornaba esa cocina y se podía ver una olla humeante esperando la cena. –Pronto siéntate que debemos comer, mañana será un día difícil- le dijo Doña Juliana. –Recuerda cuantas veces te dije que no quiero verte más afuera en estas horas, La noche es peligrosa y nuestros vecinos están bastante lejos como para que te oyeran pedir ayuda. –Está bien dijo Don Esteban, solo admiraba el regalo de tener un día más en nuestra añosa vida.


Las luces se apagaron y pronto se adentraron al sueño mientras afuera una brisa sigilosa recorría la galería y solo el sonido de la confundidora mecedora que rechinaba la vieja madera del piso mezclada con los quejidos que solo aquel que no puede dormir escucha en el silencio.
Transcurrida unas horas el hombre no podía conciliar el sueño abandonando la cama muy lentamente, incorporándose al pie de la cama, mira aquella imagen que entre los tintes claros oscuros que la penumbra le dejaba ver a su mujer. Esa compañera en tanto momentos buenos y malos que han pasado descansaba ajena a todo.
Con pasos torpes se dirigió a la cocina tratando de llegar a un vaso de agua pero en el medio del camino una madera sonó distinta aquella noche. Se detuvo y quedo escuchando el silencio, en ese momento se despertó mucho más y un calor cruzo por su cuerpo. Quedo expectante tratando de llegar hacia la ventana con unos pasitos muy cortos. Detrás del vidrio se pudo divisar no muy claro a pesar de los rayos de luna una sombra poco definida cruzaba su patio, en una decisión desmesurada, se podría decir alocada Don Esteban Corre en su propia medida hacia la puerta de entrada, la abre chocando con esta, de lo cual el ruido originado despertó a su Mujer y protestando por lo sucedido deja de mirar por unos instante el patio. Pronto vuelve a dirigir su mirada hacia el lugar donde observó esa sombra que se perdía en la penumbra y sorprendentemente no pudo ver nada. Mientras tanto Doña Juliana Palpando su costado se da cuenta de la ausencia de su marido y se levanta asustada. –Esteban ¿Dónde estás? Con una voz rezongante su pregunta es contestada –Aquí!! Sshhhh Espera que ya voy solo estaba tomando un vaso de agua.
Al día siguiente durante el desayuno Don Esteban se anima a contarle a su mujer que hacía varias noches que no podía dormir porque en el medio de la noche le daba sed y entonces se levantaba a buscar el vaso de agua pero que durante su camino siempre lo asustaba algo. Respondido por una mirada descreída Doña Juliana le dice –Querido a veces tenemos pesadillas que nos siguen noche tras noche deberías tratar de interpretarlas así le encontrarás un sentido y podrás descansar tranquilo. Pero lo que no sabía Doña Juliana es que no le habían contado todo. Don Esteban se había guardado esa imagen que lo atormentaba noche tras noche para él avergonzado a lo mejor de cómo un hombre después de haber vivido tantos años, maduro y dentro de su cabal pueda creer que esta viendo fantasmas.
La jornada comenzó ambos viejos se dirigieron a Villa Mercedes donde tenían la cita que debían cumplir.
Tras el calorcito abrazador del sol de otoño que despertaba lentamente y estiraba sus brazos como el que se despereza al levantarse tocaba rincón tras rincón de la ciudad. Villa Mercedes una ciudad tranquila, pequeña y de buenas costumbres. El silencio de esta se iba poco a poco acostumbrándose a los murmullos que la modernidad trae aparejada. No se puede estar ajeno a los avances que la evolución trae y así Villa Mercedes también cae en la seducción de la revolución consumista.
Pasó poco tiempo que llegaron los dos viejitos a la ciudad. Don Esteban asombrado por como avanza la ciudad. Se podía observar como se deleitaban sus retinas con la vestimenta cementica y tosca que un hombre acostumbrado al verde natural no imaginaba ver en sus años. Todo corría rápidamente en ese lugar parecía no tener descanso y se imaginaba que a lo mejor aquí nadie duerme.
El asombro quedo postergado después que Doña Juliana le dice –Ya llegamos debemos bajar. Se estaciona el ómnibus cerca de la cera y bajan ambos viejitos. –Con Cuidado Querida no nos apuremos, dice Don Esteban. Bajan justo en frente de donde se debían encontrarse con el Doctor.
La fachada imponente del centro de salud imponía respeto aunque no competiría con nadie solo existía este en Villa Mercedes. Su complejidad media permitía el cuidado urgente de muchas patologías como también pequeños traumatismos. Pero en esos días Doña Juliana había sabido que un nuevo medico vendría a ese centro y que Curaba problemas que ellos decían “falta de sueño”.
-Buenos Días, ¿En que puedo serle útil? Dice con vos dulce una señorita que aguardaba en la entrada de centro. –Buenos Días contesta Doña Juliana, busco al Doctor, ese que cura la “falta de sueño”. –Un momento por favor creo que ustedes buscan al Doctor Giménez, el psiquiatra, voy a averiguar a ver si ya ha llegado, tomen asiento enseguida estoy con ustedes.
-Querida que eso de psiquiatra yo pensé que veríamos a un Doctor que me trate del problema que tengo para conciliar el sueño no un técnico en locura. –No estoy loco no debo porque estar aquí! Yo me voy. –quédate aquí viejo tonto, nadie esta diciendo que estas loco. Claro que Doña Juliana Estuvo viviendo un tiempo con su Hermana en la gran ciudad de allí sus dotes para la interpretación mas avanzada sobre el pobre Don Esteban que nunca salió de su tierra ya que siempre estuvo atareado en aquella época en la que la agricultura fue furor y en cambio Doña Juliana por aquellos tiempos vivía con su hermana por el bien de ella que padecía una enfermedad terminal y que falleció muy joven.
Buenos Días, una voz firme y joven levanto la mirada de los abuelos que estaban cabizbajo por la espera. –Buenos días a coro contestan ambos viejos, -Pasen por aquí; dice el Apuesto Doctor señalando el camino hacia el consultorio.
Una vez dentro el Doctor comienza la charla. –A ver que le anda pasando, dirigiendo la mirada al vacio para ver quien contestaba de los dos viejitos. Contestando Don Esteban –vengo para ver si puedo dormir tranquilo porque ando teniendo pesadilla según mi mujer, pero yo no creo eso, para mi algo pasa en casa. El Doctor formalmente se presenta después que la situación le da la oportunidad ya que camino al consultorio acababa de recibir una noticia en su beeper. Soy El Doctor José Manuel Giménez el Psiquiatra del centro “Salutia” y ahora voy a hacerme cargo de los pacientes de esta hermosa ciudad ya que hace tiempo necesitábamos venir aquí, ya que tuvimos varios petitorios de enfermedades que entran dentro de nuestra especialidad y en el centro no contaban con un especialista. –Bueno dígame como cree usted señor….. –A sí Esteban, Esteban Casimiro Juárez Doctor pero me dicen Don Esteban. –Cuando Cree que comenzaron los problemas para dormir Don esteban.
-La verdad que nunca me di mucha cuenta solo empecé a sentirme que perdía el sueño y bueno, empecé a olvidar cosas en mi vida y a veces creo tener sensaciones raras, eeeh no sé si me entiende?
Más o menos, me dice que comenzó de a poco o de una noche para la otra noche, Señora podría tener una conversación a solas con Don Esteban, sin ofenderla por supuesto pero es mejor realizar estas consultas con el paciente en forma directa.
Cuando se quedan solo Don Esteban comienza de nuevo a sentir esa sensación extraña que lo acompaña a la noche cuando ve esa sombra en su patio. El Doctor inmutado de lo que pasa comienza preguntando de nuevo – ¿Se siente cansado durante el día no? –La verdad que sí. Con una voz a medio tono contesta Don Esteban. La reunión pasa como una tormenta en la cabeza del viejo que solo se inunda en esa sensación que siente, las palabras resuenan como el vibrar de la brisa sobre las maderas viejas de su galería, todo aparece poco claro ante sus ojos y así pasa el tiempo para cuando siente –Bueno Don Esteban se va a tomar esto durante una semana y luego vendrá a verme de nuevo a ver que pasa si? –Si como no Doctor.
Don Esteban se levanta y dirigiéndose a la puerta del consultorio se da vuelta para saludarlo al médico y observa que el bulto deforme de aquella sombra oscura que apareció aquella noche era de un tamaño muy semejante al del médico y sobretodo ahora que me fijo bien había algo raro en su aspecto. Pero saludo atentamente y partió a buscar a su mujer que estaba en la amplia sala de espera.
El problema ahora comienza cuando me pregunte Juliana ¿qué me ha dicho el médico? Pensó Don Esteban. Pero no ocurrió lo esperado, ambos en un silencio cómplice se alejaron saludando a la chica de la recepción y partieron hacia su humilde hogar.
Otra vez la tarde comienza a morir entre mates y bizcochos recién horneados por Doña Juliana y le pregunta entonces -¿Qué te ha dicho el médico? Esteban la mira a los ojos y bajo una muesca sonriente –Nada, solo que tome estas pastillas y que dentro de una semana nos espera de nuevo. –te espera a de ser? – Si así es.
Otra vez en la cama rememora lo ocurrido esa tarde solo con su pensamiento Don Esteban pastilla de por medio no logra conciliar el sueño. Unos pasos se oyen muy despacio pero el viejo solo ve que Toby levanto de golpe la cabeza, él no lo oyó. Pero si su perro levanto la cabeza cuando estaba plenamente durmiendo es por algo pensó Don Esteban que pasa con Toby será que necesita también de estas horrendas pastillas. Pero el ruido se hizo más fuerte y además el relincho de su caballo lo termino por despertar de su letárgico estado. Se calzo y se levanto sin encender las luces para ver lo que sucedía pero fue tan abrupto el movimiento que despertó también a Juliana a pesar de que tenía el sueño bastante pesado. –Sshhhh ya vengo veré porque mi caballo se ha puesto a relinchar. –espera te acompaño de paso voy al baño.
Esa noche se levantaron los dos y mientras que se dirigían a la cocina otro ruido mucho más intenso se oyó, dejando perplejo a ambos viejos que no salían del asombro de que en ese pueblo tan tranquilo mas allá de los cerros hayan mal intencionados que quieran robarles o asustarles. Esta Vez Don Esteban agarra su arma que acostumbraba a guardar en el cajón de un mueble viejo que estaba al lado de la puerta de entrada y no la encuentra. Se miran ambos abuelos – ¿No sacaste el arma del cajón? –Por supuesto que no, ¿para qué querría sacarla de allí si ni la se usar?
Mientras tanto los ruidos se sentían que atravesaban el piso del hogar, sentían que de bajos de sus pies algo se deslizaba y de golpe la vieja olla irrumpió el tenso instante con un golpe al caer al suelo. No se habían percatado de que a parte de los ruidos hubo un pequeño temblor que logro desprender el clavo que sostenía a la pared esa vieja olla.
Atemorizados los viejos solo atinaron a realizar aquello que hacía tiempo habían evadido de sus vidas rutinarias y era rezar. No sé si por las plegarias o qué pero de golpe volvió a aturdir los oídos de los ancianos su silencio pueblero que los tenía acostumbrados. Mirándose todavía entre creer o no lo que habían vivido hacia unos instante –Eso es lo que no me deja dormir oíste todo eso Juliana!! –ahora si Viejo que lo escuche pero que podemos hacer? -No se querida pero lo voy a averiguar algo raro sucede aquí.
En la ciudad de Villa Mercedes El Doctor Giménez hace un llamado a un viejo amigo –hola Norberto, aquí era cierto lo que te dije pero hay alguien que lo vio y lo oyó. Del otro lado del teléfono una voz le decía –Te lo dije debes cumplir con lo que te pedí así vos también descansaras tranquilo al igual que yo, ahora debo cortar mantenme informado si?





Todo parecía apacible en el hogar del viejo Juárez. Esa media mañana que compartía el suave susurro del viento de otoño que hacia danzar suavemente las hojas de alameda que se encontraban en su patio Don Esteban con sus pocas fuerzas envuelta en alma de niño jugaba con Toby arrojándole a este un trozo de rama seca y él se lo volvía a traer. Doña Juliana dentro del hogar preparaba lentamente el almuerzo, hoy era un día especial para los viejos que vivian apoyado gracias a la esperanza de que cada año ese mismo día siempre sucedería lo tan ansiado que esperaban.
-Esteban, viejo, será posible que me traigas unos leños más. –Ya te alcanzo. En ese momento el viejo junto a su fiel compañero se dirigen al depósito que esta a unos pasos en el fondo del patio por detrás de la casa, pero su camino se ve interrumpido por un pequeño pero no insignificante vibrar del suelo. En su torpe caminar el viejo dirigiendo la mirada hacia el suelo ve algo extraño en el comportamiento de las hormigas, estas en vez de formar su largo e interminable trencito transportando las hojas que caen aun siendo otoño no lo están haciendo, mas bien todo se ha vuelto un caos miniaturizado donde ninguna sabe a donde ir, como que perdieron el rastro y se acicalan sus antenitas. En el suelo debajo de sus pies Don Esteban ve una pequeña grieta que se abre camino hacia la luz, se agacha y observa mas de cerca en un movimiento lento ya que su edad era su limite preciso que lo presaba dentro de su cuerpo que pagaba las facturas de tantos año de descuidos. Allí el viejo siente como


un estado de sueño que lo somete poco a poco desvaneciéndose sobre el suelo haciendo crujir las hojas y atrayendo la mirada curiosa de su fiel compañero. Toby viene hacia el viejo pero pronto determina que es mas importante pedir ayuda ya que esto no era un juego que el estaba acostumbrado a jugar, entonces corre hasta la casa ladrando y ladrando. En un solo movimiento la anciana se da cuenta de que algo no anda bien y saliendo afuera mira a Toby y grita –Viejo ¿dónde estas? No solo siente el silencio de la media mañana sino que a su pregunta no hay voz que le conteste. Toby sale corriendo hacia el viejo mostrándole el camino a Doña Juliana que lo sigue y para su sorpresa halla a su marido tendido en la grama seca. Trata de despertarlo con unos golpeteos en el rostro que estaba en paz de aquel viejo. Se asusto por un color morado que nunca había visto en su rostro. –Dale viejo despertate, ¿qué te pasa, dime algo por favor? La respuesta no fue tan rápida pero esos segundos que pasaron se clavaron como días para doña Juliana que no sabia que hacer y quedo impotente abrazando el pesado cuerpo. Allí un tenue vibrar junto a una media voz le dice –Aquí estoy querida solo tuve un desmayo pero estoy bien. Ambos viejos abrazados rememorando aquellos tiempos de novio que habían quedado guardado profundamente en sus mentes se incorporaron paso a paso y se dirigieron a la casa.
Al recuperarse el viejo trato de explicarle a Doña Juliana lo sucedido y esta con mucha atención lo miraba desconfiada –No será de vuelta que has empezado con la bebida no? –por favor como pensas que volví a caer en eso! Con voz enojada le dice Don Esteban –Para nada ya no bebo mas y te hice una promesa así que ese es un tema ya terminado. –Bueno esta bien solo era una duda no te enojes; Haber dame tu campera que seguro se ensucio toda voy a llevarla para lavarla luego.
A lo lejos una nube asciende entre los cerros un ruido poco común se siente. –Viejo escuchas eso allí seguro que viene y con voz dudativa le corresponde el viejo –si, a lo mejor esta por llegar!
Asomándose ambos a la ventana ven aproximarse un vehículo que venia dejando estelas de nubes y polvo a su camino. En esos días la sequía había dejado una manta de harina sobre el suelo, era la tierra reseca la que en seguida si alguien circulaba por los caminos eran delatados por estas densas nubes de polvo.
Suena la puerta –Hola hay alguien allí? Una armónica voz deleito a los viejos que vieron flasheada sus vidas en esos pocos segundos. –Si querida aquí estamos, ya te abrimos! Como dos niños por recibir su regalo el día de navidad corrieron a la puerta a encontrarse con su tan ansiado regalo de espera. Una jubilosa bien venida entre abrazos y llanto las 2 mujeres se tendieron por varios minutos –Hola hija interrumpe el abrazo Don Esteban -¿cómo has estado? Pero pronto se pudo ver como no hubo ese cariño tan desmedido hacia él por parte de la niña hecha mujer que él entre asombro mezclado de alegría lo había dejado perplejo esperando alguna respuesta. –Hola Padre, bien estuve bien y contenta por venir a visitarlos. En son de cortar aquella situación dice doña Juliana –Entremos vamos a la mesa que ya tengo preparada la comida dice Doña Juliana –mmm, la verdad que tengo hambre contesta la joven.
La mesa ese día trataba de intermediaria en busca de armonía y paz y entre silencios largos y hasta a veces densos el trío de integrante se dispuso a comer tranquilos intercambiando entre tanto y tanto algunas sonrisas.
Aquel almuerzo no fue lo esperado por los viejos pero en fin había llegado la persona que tantos años no habían visto. Después de un par de horas había llegado la tarde.
-Mamá ven aquí esta lindo el sol de la tarde, ven conversemos un poco! –Allí voy hija. En esa conversación tan esperada por las dos se fue enriqueciendo con el transcurrir de la tarde donde ya comenzaba a sufrir su ocaso y donde la hora del descanso regresaba como cada día. Había pasado después de varios años el primer día de nuevo en la casa de los viejos esa niña hecha mujer.
Al día siguiente Doña Juliana al colocar la campera de Esteban ve que esta se encuentra manchada en su dorso. – ¿Qué raro esto haber si sale con e jabón? Mientras tanto la mañana transcurría y en el patio se encuentran hija y padre con una deuda tajante de dialogo sincero.
-Linda mañana no? Comienza Don Esteban –Si, así es con cara de poca amistad mediada de una voz hiriente. Sin mas enrriedo Don Esteban enfrenta sus temores y va directo a la cuestión –¿Por qué Hija mía me tratas como a un extraño realmente me lo merezco? –Mira nuestro pasado lo enlaza todo yo te trato como mi padre que siempre se cubrió detrás del trabajo y ante alguna idea diferente yo terminaba bajo la pollera de mi Madre. Además nunca me olvidaré de Aquel día.
Agachando la cabeza el viejo horrorizado por aquel puñal de palabras vio después de tanto tiempo rodar por su secas mejillas brotes líquidos a los cuales por olvido parece no haberlo reconocido que eran lagrimas. Levanto sus hombros afirmándose entre sus pasos cortos y en un sonido murmurado aclamando para sus adentros dijo –Te quiero mucho hija mía y algún día sabrás.
Por supuesto que la chica algo pudo atender a ese murmullo que se adelgazo tan rápido en el silencio de la mañana que no pudo descifrar su código secreto tal vez por lo sorprendida que quedo o por la ceguera de la juventud desenfrenada que a veces choca con la razón. El viejo se alejo lentamente dirigiendo su camino hacia la casa y poco más allá ella que lo siguió. Para nada ajena Doña Juliana cómplice de la situación levanta su voz –Vamos a almorzar a la mesa!



En Villa Mercedes como toda ciudad pequeña nunca fue testigo de auto extravagante y esa mañana muchos ojos admirados se deleitaron con las curvas de ese vehículo que contrastaba con los comunes que circulaban. Negro con un brillo que reflejaba los rostros de la gente el auto para en frente del centro de salud. Un muchacho muy bien vestido descendía de él una vez dentro lo intercepta la secretaria -¡En que podemos ayudarlo señor…? –A si… Soy el Ingeniero Norberto, busco al Dr. Giménez, se encuentra?
-Un momento por favor ya lo anuncio. En una mirada perspicaz la secretaria se aleja del señor al ritmo de su tacón golpeando los baldozones de la gran sala de espera en busca del médico pero sin perderlo de vista a ese hombre que atrajo su atención ya sea por su vestimenta o algo que tenia. –Doctor, golpea la puerta del consultorio, ha venido a verlo un Señor Norberto quiere verlo. –Hágalo pasar por favor ya término con el paciente.
De nuevo hacia la sala mientras el hombre observaba los detalles es interrumpida su atención por la señorita que le dice –pase lo esta esperando. Camino al consultorio en el pasillo ve una sombra balanceando de una lado a otro ayudado por una señora. Sin mirarlo más el Hombre baja un poco su mirada como evadiendo el momento y justo al alcanzar la sombra el sonido parejo de los zapatos del joven se interrumpe por otro sonido más fuerte justo como el golpe de una madera, el bastón del viejo se había caído y como todo buen samaritano Norberto levanta el bastón y al



Incorporarse una mano castigada por el tiempo en espera del instrumento forza su mirada hacia el rostro de aquel viejo, por un par de segundo se cruzaron sus miradas. –Esto es suyo señor. –Muchas gracias dice la señora que acompañaba aquel viejo tomando el bastón. Pronto retomo su rumbo hacia el consultorio dejando atrás a la pareja de ancianos que murmuraban comentarios sobre el muchacho.
-Que tal Giménez! ¿Cómo andas? En un fuerte abrazo de amigos se palmean varias veces. –y… Norberto esperándote al fin llegaste, te tengo novedades y creo que van a ser muy importante para vos.
La charla transcurre amena y se dilata en el tiempo. –Señorita, ¿no hay más turnos por hoy no? Pregunta el Doctor mediante su intercomunicador. –No por hoy mañana temprano viene su pacientito el Señor Esteban, recuerda? –A si por supuesto bueno yo salgo con mi amigo puede cerrar el consultorio señorita y nos veremos mañana temprano si?- Ok Nos vemos hasta mañana Doctor.
A pasos apurados salieron ambos hombres del centro marcharon el auto y se perdieron en la penumbra poco clara de luz estival que estaba por entrar en noche una vez mas.
En la casa del médico tuvieron una reunión con otro individuo que le había pasado un par de papeles ensobrados, luego este señor se marcho.
-¿y, crees que esta todo ahí? –No por supuesto que no dijo Norberto, ahora debemos averiguar que hay de cierto que ya esta dando las primeras manifestaciones.
Mientras tanto en la casa de Don Esteban se adentraban a la noche. En medio de la oscuridad interrumpida por el farol dentro de la casa sentada a la mesa compartían un té Doña Juliana y su hija conversando.
El Chillido de pájaros en la alameda que se encontraba junto a la ventana de la habitación de los ancianos interrumpió el sueño del viejo que esa tardecita no se sintió bien y había ido a descansar un poco. Las mujeres se hallaban tranquilas compartiendo el té pero no dejaba de golpear la puerta el perro que quería entrar. –Bueno ya!! Basta nunca molestaste para entrar tan temprano que te pasa Toby? Dijo Doña Juliana. Pero el perro no dejaba de aullar y los chillidos estridentes de los pájaros que habían despertado a Esteban también continuaban. –Parece una tarde de loco murmuro Esteban, rezongando se levanto de la cama pero se sentía mareado, parecía con más sueño que nunca. –Bueno entra si eso es lo que quieres dice Juliana para cuando un golpe seco acalla de repente todos los ruidos que se habían juntado en ese momento, quedaron pasmadas ambas mujeres. –Esteban estas bien? Grita la anciana; pero no hay respuesta, lamentablemente el silencio se adueñaba del comedor, la cocina, la casa. Un frio inmenso corrió por el cuerpo de Doña Juliana que sin saber porque esperaba lo que no quería ver. Ambas mujeres corrieron hacia la habitación donde yacía Don Esteban, -Hay querido que te pasa contéstame por favor, háblame entre sollozos decía la anciana mientras que su hija se debatía entre los sentimiento egoístas de su consciente y su humanidad del inconsciente. La Chica toma su celular para discar el número de emergencia pero el momento la agobia y no se da cuenta que no esta en su ciudad. –Mmmm mamá dame por favor el número del sanatorio, clínica alguien a quien llamar. Ahogada entre los lagrimones Juliana le alcanza la agenda donde tenían los 3 números que toda la vida tuvieron anotados los viejos. La anciana con esfuerzo trata de incorporarlo a su compañero pero el cuerpo sin fuerza de ella y por supuesto de Don Esteban hacia imposible tal acción. Obviamente el tiempo pasa y entre los enredos que la situación origina la Chica no logra dar con ningún número, a pesar de haber recurrido a la atención telefónica y doña Juliana que entre llanto golpea el cuerpo de su marido que no demuestra ningún movimiento.
El sigiloso hachazo de las situaciones intensas, una edad avanzada y problemas arteriales que traía el viejo se cobraron la factura de aquel buen hombre, fue lo que dijo el médico en su diagnostico final cuando finalmente las mujeres llegaron al centro de salud en el auto de la chica con todo el riesgo que eso implica cuando una persona maneja en un estado de shock
Obviamente la ausencia de Don Esteban corrió por todo el pueblo y Villa Mercedes dando como resultado los comentarios que siempre tienen su oportunidad después de estos sucedidos.


El momento que el dolor se hace la compañía de todos los días Doña Juliana debía acomodar la casa ya que su hija dentro de su dolor particular aconsejo a la anciana a guardar todo aquello que trajera la imagen de su amado.
Las prendas que tantas veces rozo su rostro y sus manos hoy quedarían sepultadas en el oscuro fondo de un cofre que atesorará para aquellos momentos especiales la rememoración de aquel que partió.
-Que haré ahora hija mía, he quedado solado en este rancho, que haré, y rompió en llanto buscando el abrazo y una palabra acogedora de la chica. –Mami ven conmigo, no es ninguna molestia y después veremos que hacemos con la casa.
En las cercanía del portón un auto se estaciona y al ladrido de Toby una Voz conocida -hay alguien aquí?. Recogiendo valor la anciana mira por la ventana –Ah es Chiquito hacelo pasar mientras me lavo la cara no quiero que me vea así.
La chica recibe al hombre del cual poco se acuerda –Buenos días señorita, y después de unos instantes se da cuenta que era la hija de Don Esteban; pero que moza estas? –Gracias pase, pase que mama esta adentro y lo aguarda.
-Bien ya voy si no la molesta daré unas vuelta por la casa eso si! si Toby me lo permite, acariciando al perro que lo miraba fijamente pero que reconoció aquel hombre que hacia mucho no venia como hace tanto cuando recorrían junto a su dueño el patio de la casa como todo el terreno extenso que nunca fue explotado por Don Esteban y que comprendía varias hectáreas. Perro y hombre recorrieron lentamente en las

Cercanías de la casa y de golpe siente un aroma que no acostumbraba a sentirse en esos lugares. Era plena mañana cuando otra vez un ruido a crujido espanto a el perro, la tierra parecía estremecerse como si fuera un terremoto, pero el hombre calmo tratándose de convencerse –Terremoto? No imposible no hubo ningún aviso desde hace muchos años por esta zona pero esto debe ser lo que algunas veces me conto Don Esteban. Los gritos de las mujeres se oyeron en la casa y Chiquito corrió donde se encontró los rostros aterrorizados de la anciana y la chica mirando como el suelo de su humilde casa se había levantado. Las miro también sorprendido y entonces dijo –Doña Juliana de esto necesito hablarle, pero a solas por favor si no es mucha molestia. –Por supuesto como no Chiquito dijo la anciana con una débil voz después de lo sucedido. Detrás de ellos la chica dice- No hay problema por mi no se preocupen trataré de despejarme de aquí voy para el pueblo, por la duda precisas algo mami de allí? –No mi hija anda yo voy a estar bien.
-Siéntese Chiquito haber que me puede decir de esto horrendos sucesos que ahora debo enfrentarlos sola y que no se que es, quiere unos mates o café mientras charlamos. –No hay problema Doña Juliana la acompaño tomemos unos mates.
-Bueno el tema es así; Con Don Esteban hablamos muchas veces de estos sucesos y el trataba de interpretarlo pero anteriormente a esto la casa había sido heredada por él de su padre que en su testamento cuando el falleció había dejado claramente que el terreno era cedido a Esteban porque era su hijo predilecto que la acompaño siempre en las tareas agrarias y recuerdo que aquella vez que leímos el testamento muchos de los hermanos de él se rieron tanto, todavía recuerdo como su hermano Emanuel le había dicho –Como sería que te apreciaba el viejo para dejarte el rancho a pedazos y un campo que no produce nada esa tierra esta seca. En si él tenía razón ya que para esa época la tierra se calcino tanto que no producía nada por eso creo que Don Esteban nunca mas volvió a cultivar estos campos pero siempre confió en su querido padre que allí algo especial había en esa casa. Hoy lo único que por ahora podemos ver de especial es este maldito temblor y ruidos extraños pero no la voy a dejar sola en esto Doña Juliana porque averiguaremos que es lo que esta sucediendo en Villa Mercedes. –La verdad que nunca supe bien porque no vendimos esta casa ya hace mucho tiempo, pero respetaba su decisión porque yo pensaba en el valor sentimental que esta tenia para él por ello nunca mas volví a insistir. La verdad Chiquito que nunca volví a decir nada de esto ni tampoco hablamos mas sobre nuestro hijo, aquel niño que se enrolo y fue a la milicia y poco después nos comunicaron que había muerto en la batalla, fue una desdicha muy fuerte para Esteban que nunca más hablo de ello pero si vivió con la espera subconsciente que observaba cada vez que su mirada en los atardeceres se perdía en el vasto horizonte mezclándose con los cerros como muros de cárceles que no permitían que aquel ser llegue hacia él. Así paso muchas tarde junto a Toby, en fin nunca se resigno y para colmo nuestra niña que es bastante traviesa, va usted sabe, nunca pudimos ponerle frenos a sus locuras juveniles y que después de años nos viene de sorpresa y sola a lo mejor se peleo con su novio de ese entonces pero bueno es su vida. Por eso ellos no se llevaban muy bien Esteban era un hombre muy recto y quería lo mejor para ella y creo que ella nunca lo comprendió. Óigame chiquito tengo algo que mostrarle, espere un momento ya vengo. Mientras el hombre observaba el levantamiento de las maderas del suelo que se había hecho justo debajo de la cocina y miro mas detenidamente acercándose a ella, desde cerca se pudo percibir ese olor tal cual ese que sintió en el patio cuando ocurrió ese pequeño temblor. –Aquí esta mire la campera en la parte de la espalda esa mancha, ¿qué le parece? Apareció en esa vez que el se desmayo en el suelo del fondo y a pesar de haberla lavado no salió. –Averiguaremos Doña Juliana yo como fiscal del pueblo abriré de oficio un expediente por la muerte de Esteban y por la posesiones de sus bienes en este caso para mas tranquilidad pero se que no habrá problemas ya que quedan ustedes dos creo. –Si así es, y yo no se por cuanto tiempo contesta entre lágrimas Juliana.
En la ciudad La Hija de Doña Juliana ve una vidriera que le llama la atención y baja de su auto dirigiéndose a ella – qué lindo zapato se dijo esto no hay por allá donde vivo cuanto saldrá? Pero detrás de ese calzado una sombra negra imponente se levanto de la nada, no se pudo resistir de voltearse y allí pasaba Norberto con su auto negro -¡Guau que auto y su contenido aún mejor! Y quedo pasmada durante unos instantes mientras se perdía en la ciudad el objetivo de su asombro.
-En el auto estaba Norberto y El Dr. Gutiérrez que hablaban sobre ir a ver a Doña Juliana, el medico necesitaba hacerle una visita para ver su estado anímico y de salud ya que la anciana no vino obviamente cuando era el turno de Esteban ni tampoco después de su muerte y le pidió a su amigo que lo acompañara.


Al día siguiente cuando los rayos de sol apenas se alzaban sobre los cerros y un frio que calaba los huesos se levanto temprano doña Juliana, esa noche le había costado mucho conciliar el sueño a lo mejor por la perdida que todavía era muy fresca y el duelo no podía completarse. Lentamente la anciana preparo unos mates y decidió algo trascendental para su vida. Dedicaría mas tiempo a Dios, si eso se decía mientras el silbido agudo de la pava señalaba que el agua estaba lista. –Hoy mismo iré a la parroquia para hablar con el padre, entrare al grupo religioso y así ocupare mi tiempo en algo provechoso. La chica todavía dormía y el silencio de todos los días acompañaba a la anciana entre mates y mates, termino por guardar las cosas que había dejado Don Esteba lo cual le llevo bastante tiempo ya que se tomo el trabajo de husmear aquello que nunca por respeto no había visto jamás. De pronto una carta llamo su atención y comenzó a leerla. El papel ceñido por el tiempo apenas dejaba leer párrafos sueltos entre tantas manchas que añejaban el escrito. Querido hijo cuando leas esta carta habré partido con tu madre y te dejare como recuerdo de nuestra amistad tan profunda el rancho que tu abuelo construyo sobre este terreno tan fértil, se que no es mucho hijo mio pero es lo mas arraigado y profundo que tengo y se que entre todos tus hermanos el mas capaz de llevarla adelante con vida eres tu. Cuidala mucho porque el viejo me decía que esa casa tiene algo que…. Apenas se podía continuar con la carta. Mas abajo seguía con una frase que decía; El Padre siempre estará contigo porque a nadie le sustrajimos esa propiedad fue ganada con trbajo y mucho sudor de la familia. PD: te quiero mucho hijo cuida muy bien de tu


mujer y tus hijos que no los podré ver crecer. Un par de lágrimas comenzaron a brotar del rostro de Juliana –Buen día mamá como has amanecido pregunta la joven sin percibir lo que estaba pasando. Agachando su mirada escondiéndose detrás del mate doña Juliana contesta –Bien hija, y vos? Lávate la cara y veni vamos a tomar unos mates.
A penas se retira la hija de la cocina se seca un poco doña Juliana y detrás del vidrio de la ventana una sombra se acercaba a la puerta pero no la asusto, espero a ver que pasaba. Sonó la puerta en golpes secos. –adelante esta abierta contesto automáticamente dándose cuenta después de lo que había hecho pero ya estaba, por suerte era el Doctor. –¡que sorpresa Doctor! ha venido a visitarme, es que acaso soy tan importante? –Buen día Señora, así es todos mis pacientes son de igual importantes para mi. Me tome el atrevimiento de visitarla para ver como esta? Y si podría ayudarla en algo. –Muchas gracias, pase siéntese no se si toma mate sino le preparo un té o café? –por mi no se moleste ya me estoy acostumbrando al amargo. –que le puedo contar Doctor estoy bien ya comenzando de nuevo, pero vino acompañado? –a si esta afuera un amigo –pero hágalo pasar como lo va a dejar afuera con este frio. –esta bien ya lo llamo, Norberto pasa. Desde afuera se oye la voz de este que le dice –ahora voy es que estoy admirando el paisaje, es tan hermoso. –Bueno ya oyó Doña es medio raro mi amigo seguro que ya vendrá.
Al salir del baño la chica oye conversaciones en la cocina, -¿mamá con visitas? ¿quién será? Asomandose sigilosamente por el vano de la puerta que separa el comedor de la cocina ve a este señor que no lo conocía mientras el gruñido de Toby la distrajo hacia la ventana y vio al mismo muchacho del auto negro paseando por su patio. ¿Qué hacen estos por acá? Se da vuelta para ir a la habitación bruscamente y terminar de vestirse pero su cuidado se corrompió cuando por el descuido atropello un jarrón que estaba a su costado cortando la conversación en la cocina. –¿Hija estas bien? -¿si mamá solo Salí del baño y tropecé sin querer con el jarrón ya voy -Bueno, mira que te tengo que presentar a alguien apúrate!
La curiosidad pudo más que las costumbre femenina y se vistió tan rápido que hasta ella se sorprendió. –Buenos días! Con una voz picara apela a la mirada desfigurada de Gutiérrez que se quedo pasmado por la chica. –acércate hija el es el Doctor Gutiérrez, el médico que atendía a tu padre, vino a ver como estábamos.
Fuera de la casa Norberto miraba tranquilamente el patio, se deslizaba suavemente sobre las hojarascas secas acompañado del perro que no lo atacaba pero no perdía su paso, lo observaba y veía algo extraño en él, su olor no lo provocaba pero su rostro era extraño. Detrás de la alameda se dio cuenta que había una grieta nada común para el tipo de terreno, justo cuando la estaba por analizar mas cuidadosamente suena a lo lejos –Norberto vamos! Se quedo con cara de asombro, se incorporo y fue hacia José para no hacerlo esperar allí se encontró con la reunión de la que participaba su amigo. Buenos Días señora y Señorita disculpen por mi insolencia de no haber aceptado entrar pero me maraville con su patio, y se me fue el tiempo y además no me percate de la visita de médico clásica, mirando a su amigo –no hay problema dice Juliana ya habrá mas tiempo aquí eso es lo que sobra. Contestando con una sonrisa se alejaron ambos muchachos de la casa pero doña Juliana tenia una mirada sospechosa sobre aquel desconocido. Fantasmas del pasado atormentaron sus recuerdos a los cuales pronto lo desbarato con un gesto de conformismo. –vamos entremos que hace mucho frio aquí fuera. Ambas mujeres entraron al hogar.
Pasaron varias semanas después de esa visita en la que no se volvieron a ver mas y Doña Juliana se había hecho profundamente devota con sus actividades religiosa en la parroquia del pueblo que casi olvido totalmente el adiós de Don Esteban y todo lo referente a la casa.
Otros cambios también surgieron, la chica no volvió mas a su casa finalmente le conto a su madre que ya no tenia nada en otro lado, que su vida amorosa fue un tormento y que la escusa de la visita, realmente era con el son de quedarse, y como toda buena madre por supuesto que no dudo Doña Juliana abrirle las puertas a su hija como la había hecho siempre con esa hija traviesa que tenía.  


Entraba el invierno a Villa Mercedes y se podía sentir en la piel como el viento frio resquebraja como una daga. Los silbidos de los pájaros se acallaron, los días se acortaron, se adueño la noche en esos lugares. Doña Juliana había predicho fehacientemente que iba a ser un duro invierno pero no sabia lo cuan duro iba a serlo especialmente para las dos mujeres solas en el rancho.
-Buenos Día hija mía ¿cómo has amanecido? Pregunta Doña Juliana. –Ay mami anoche dormí bastante mal tuve un seño espantoso. –Si quieres mientras preparo el desayuno contarme haber si lo podemos interpretar, sonrientes dice la anciana mientras hervía el agua y colocaba los saquitos de té dentro de las tazas.
Aparece un minuto de silencio en la que ambas mujeres tensaron el silencio haciendo que el relato esperado aumente su incógnita de contenido. –Mira mamá, recuerdo que apareció una habitación toda oscura la cual me dio miedo, busque una salida rápida, escape y me encontré en un frondoso parque, hermoso. Allí vi un árbol llenos de fruta pero lo extraño es que tenía todas las frutas que te podrías imaginar. Ellas estaban bastante lejos de mi alcance y yo las quería comer entonces busque algo con que poder bajarlas y encontré una varilla. Con esta empecé a golpear las ramas haber si caía algunas pero no sucedía nada pero de pronto se presento un águila hermosa, grandes de plumas doradas que me amenazaba con picotearme y cada vez que yo alzaba la varilla esta se agrandaba mas y mas hasta que comenzó a rasguñarme las ropas,



Detrás de ella apareció un gato grandísimo el se comunicaba con solo mirarse. Estos no me dejaban tocar los frutos y yo sentía que me pertenecían pero el miedo me dejo paralizada. Allí algo raro sucedió el árbol comenzó a moverse como si un viento tormentoso azotara sus ramas, sus raíces crecieron hasta llegar a mis pies a los cuales los ato fuertemente entonces el águila y el gato enfurecidos me castigaban pero yo no sentía nada solo pensaba en alcanzar los frutos y de repente me desperté. Estaba toda sudada y desesperada.
-Hija creo que ese sueño es bastante complejo pero algún día a lo mejor lo entenderemos.
Doña Juliana pregunta a su hija después de otro silencio originado por la historia, -¿Hija me acompañarías al pueblo ahora cuando el sol toma un poco mas de fuerza? De repente suena el celular de la chica, ella mira que tiene una llamada desconocida y atiende –Si, ¿quién habla? Del otro lado una terrible interferencia no dejaba oir bien una voz apagada poco clara pero llego a notar que le decía cuidado que no te sorprenda porque el foso creció y no deben estar allí cuando suceda. Ese llamado la atormento pero no le conto nada a su madre que ajena estaba preparándose para ir al pueblo, luego un ruido de chillido le hizo alejar el teléfono de sus oídos y luego al colocarlo de nuevo la llamada se había cortado.
Tratando de no darle importancia la chica se va a la pieza donde estaba ya su mamá y por supuesto esta le pregunta -¿Quién era? –Nadie creo porque la verdad que hubo mucha interferencia y no escuche nada solo ruidos. –Doña Juliana asimila con la cabeza y dice –Aquí siempre estos juguetitos electrónicos no funcionaron bien debe ser por los cerros que tapan la señal.
Ambas mujeres suben al auto de la chica y se dirigen al pueblo, allí Juliana le dice a su hija –Podemos estacionar un poquito allí en esa cera debo bajar y hablar con Chiquito. –Si mami. La anciana baja del auto y se dirige a la puerta de la oficina de Chiquito toca el timbre y es atendida por este, -Pase Doña Juliana adelante póngase cómoda.
Dentro de la oficina el hombre comienza la conversación –Mire estuve investigando los acontecimientos de su caso y la verdad es que aquí en el pueblo existen muy pocos archivos que me puedan dar alguna pista certera de lo que sucede en su rancho. La mayoría de los documentos que halle están muy deteriorado se acuerda de la mudanza que debimos realizar del registro cuando hubo la inundación grande después del terremoto. –A si! Recuerdo esa época fea.
-Lo poco que pude sacar en claro es que en su suelo de su casa hay una mezcla de minerales extraños para esta zona que fueron según algunos compañeros geólogos que tengo traídos a la superficie justo por el movimiento sísmico que hubo.
Mientras afuera esperaba la chica y no dejaba de pensar en el sueño cuando la despabila un auto que paso muy cerca de ella donde estaba estacionada e iba a gran velocidad. Dentro del vehículo era Norberto que se dirigía con gran velocidad hacia los cerros, su mirada consternada por lo que había investigado en aquellos documentos que le había traído aquel desconocido para el en la casa de su amigo el médico. Aceleraba cada vez más surcando el camino polvoriento por que lo apresuraba el hecho de que nadie estaba en la casa de Don Esteban porque al propósito estaba todos los días mirando desde la salida del departamento que alquilaba la hora que llegarían la anciana y su hija al pueblo. Así se le dio la oportunidad de investigar. Una vez que llego a la casa se saca la campera que llevaba puesta desciende y saca un detector de metales de la baulera del auto e irrumpe en el patio donde primero es detenido por Toby que había estado escondido detrás de unos arbustos pero cuando el perro lo reconoció lo miro, dejo de ladrar pero lo siguió muy de cerca a donde se dirigió finalmente el muchacho. El aparato titilaba muy despacio cosa que lo ponía nervioso ya que todas sus investigaciones lo llevaron a una sola conclusión ¡aquí tiene que ser! Frustrado por la situación moviendo la cabeza como diciendo que no comienza a transmitir una sensación que a Toby no le gusto y de repente el perro comenzó arremeter contra el –Sal de aquí perro idiota grito fuertemente el mientras de su cinturón saco un arma y le disparo. Toby cae pesadamente al suelo en el mismo lugar donde tiempo atrás el evento mas terrible para el había sucedido, donde cayo su fiel dueño hoy le toca a él yacer allí. Asustado Norberto corre rápidamente al auto pero llegando a este se topa con una nube terrosa que lo cegó por unos instante aunque su deseos de escapar de la situación lo hizo retomar su carrera hacia el vehículo y así escapo tal cual como llego del lugar acelerando al máximo y perdiéndose entre los cerros. El problema es que no había estado solo, cuando poco a poco la harinosa polvareda precipitaba dejaba entre ver una camioneta vieja casi toda despintada. Dentro un anciano asintiendo con la cabeza baja lentamente y recoge al pobre perro que se estaba desangrando. El animal como en son de agradecimiento lame la cara áspera del viejo no se si obnubilado por la situación o por la pérdida de sangre que creía que era llevado por su fiel dueño que lo vino a buscar.
Detrás de la escena que se alejaban paso a paso el viejo y el perro nuevamente la tierra parecía enojada, enfurecida se requebrajo un poco más pero el rancho comenzaba a quejarse del suelo que lo amenazaba a desvanecerse y convertirse en escombros.
A las 2 Horas ambas mujeres llegan al rancho y se encuentran con el escenario para nada alentador. –Aquí ha pasado algo dijo la chica la cual fue contestada por su madre –Si. Atrás de la casa sonaba un pitido que llamo la atención de las mujeres y la chica fue rápidamente a ver que era. En el escenario se encontró con un suelo agrietado, manchas de sangre y un instrumento que no sabia bien que era y para que servía pero lo tomo entre sus manos lo miro detenidamente pero no hallo ninguna conclusión, solo si se dieron cuenta de que Toby no estaba. –Mama! Mamá! Exclamo la chica no lo viste a Toby si anda por allí donde vos estas ahora. –No lo encuentro.
A medida que se alejaba del lugar donde se podía sentir ese olor penetrante y raro que le hizo recordar aquellos tiempos que uno de sus novios trabajaba en un taller mecánico el aparato dejaba de sonar no por completo pero si mas distanciado y la luz que poseía titilaba mas lentamente. - mamá mira encontré esto pero nada de Toby y no te alarmes pero hay manchas de sangre en el fondo. La anciana mira ese aparato y por supuesto ni la menor idea de lo que era pero por la duda –Guárdalo hija se lo voy a mostrar a Chiquito que esto de algo entiende. Entraron a la casa consternadas y aturdidas por ese aparato que al entrar a la casa cada vez sonaba más. –¡Ay me esta volviendo loca ese ruido no podrías apagarlo o desconectarlo hija algo debe tener para que deje de sonar! Tocando y probando logra apagar ese instrumento.
Abrieron la puerta y se encontraron que el suelo de la cocina que se había levantado en una oportunidad ahora se encontraba hundido; Juliana comienza a temblar y exclama –Dios Mío que es lo que sucede aquí, algo en pasa en Villa Mercedes porque esto nunca se vio.
Los hechos le quitaron el hambre a las dos, sentadas en silencio profundo contemplaban el suelo desvanecido y esperaban oír algún ladrido amistoso de su perro que no aparecía y que al principio creyó Doña Juliana que Toby a lo mejor había matado algún pollo y luego escapo con su presa pero que mas tarde volvería pero la pregunta mas complicada era ese instrumento que hacia en el patio.
La tarde cayo y con ello se acrecentó aún más la ausencia de su fiel perro y a cada tiempo las mujeres probaban el aparatito que ni bien lo encendían comenzaba a titilar y a sonar.
En la ciudad Norberto llego al departamento y como un rayo entró se saco la ropa y de un momento a otro estaba debajo de la ducha reflexionando por lo sucedido pero la comprobación de que allí estaba lo que buscaba lo cegaba despojándolo de toda razón y calma. Ni bien termino de bañarse llamo a su amigo el médico. José contesta el teléfono –Hola Norberto ¿qué andas haciendo que no venís a visitarme tan seguido al centro? –He amigo cuanto te cuente lo que pude sacar en conclusión te sorprenderás pero debemos actuar rápido antes de que la dueña de casa se de cuenta del tesoro que tiene allí.
-He más despacio Norberto, que no le pase nada a la anciana porque quiera tener al menos por unos minutos una suegra, jajaja contesta José.
-Esta noche v eni para casa te espero porque debemos ir para allá ya los papeles los tengo todos y ¿vos hiciste lo que te pedí?
-Por supuesto Norberto ya tengo la Firma de la anciana y del difunto que los saque de las historias clínicas.
-Bien, bien te espero un abrazo.
Cuelgan el teléfono y esperan pacientemente cada uno en su casa a que la noche aceche el día como ellos lo harían con la casa de Doña Juliana.




Cae la Noche ambas mujeres se acuestan a reposar. Doña Juliana al costado de su cama reza como todas las noches después de haber retomado los caminos del Señor pidiendo que la ayude mediante la invocación de su difunto esposo Don Esteban que las protejan de lo que teme que les puedan suceder.
La noche fría hace un paraíso desértico detrás de lo poco que se pueda divisar por el vidrio empañado, adentro el crujir armonioso del hogar encendido que somnolienta el ambiente invitando al sueño no logra su cometido en las dos mujeres.
Sin guardia en la casa sigilosamente 2 bultos se adentran al patio con el objetivo de encontrar lo tan ansiado. Caminan despacio cuidando que cada detalle al otro día se encuentre en perfecto orden, el rastrillo, la pala, el auto de la chica todo debe amanecer en su lugar piensan ambos extraños que ya llegaron al lugar donde Norberto escucho que su detector anunciaba lo que buscaba.
Cerca de la pared posterior de la casa se encontraba un orificio que daba inicio a la grieta mas grande que se había hecho en ese terreno y Norberto le alumbro con la linterna a José para que lo viera y allí colocaron un detector silencioso e infrarrojo y ultrasónico que era capaz de almacenar los datos y mostrárselo en la computadora portátil que José llevaba consigo. La muestra confirmo lo que sospechaba había actividad oleosa en esa zona y aún mas se lo confirmaba la oleada de olor que provenía del orificio. Cuando logran su cometido uno de ellos desconecta el detector de la computadora y esto origino un pequeño sonido que en el silencio de la noche fue como un estruendo para la Joven que arriba de donde ellos estaban ella dormía en su habitación que la aparco especialmente para ella después de confirmarle a su madre que se quedaría con ella. Abrió los ojos y todo estaba en una calma aparente se levanto muy lentamente se calzo sus pantuflas, se arropo y con todo el cuidado que pudo se acerco a la ventanita para observar si había algo. Detrás del vidrio que semejaba una película en blanco y negro se llego a percibir que algo negro se movía en dirección a la tranquera en forma bastante apresurada. Por unos instante se lleno de temor pero dentro suyo el coraje que invadió su sangre le dicto algo que jamás se le hubiera ocurrido tomo el control de la alarma que estaba en su mesita de luz y apuntando al auto encendió su alarma obviamente dicho ruido y el guiñar de las luces del auto pudo dejar ver que eran 2 hombres los que corrieron del patio.
Había cumplido con su objetivo esas personas se asustaron tanto que no pararon hasta llegar al vehículo y se marcharon, pero lo que no sabia ella que ya habían hecho lo que necesitaban y su partida no interrumpió nada mas bien apresuro más su escape.
En la otra habitación la anciana con tanto ruido despierta sobresaltada – ¿Hija estas bien? ¿Estas en la cama? ¿Qué paso?
-Nada mami, dos hombres entraron a la casa y creo sospechar que tienen algo que ver con lo sucedido esta tarde.
La anciana se levanta y va hacia la habitación de la hija –Y ¿Qué más viste ahora?
-No pude ver bien el vidrio estaba empañado y además muy oscuro allá afuera. ¿Si quieres vamos a espiar?
-Bueno pero con cuidado aunque con el lio que armaste creo que ya se harán ido ¿no?
Encienden un sol de noche que tenían en el comedor y se dirigen hacia afuera. Allí la noche de cielo plateado por las estrellas en ausencia de la luna que se estaba por eso día haciendo nueva y como todos los viejos dicen puede haber cambios climáticos, se dirigieron hacia el patio del fondo. Todo estaba en calma y a lo lejos solo se divisaba la casa del vecino una pequeña luz en su ventana.
- ¿A lo mejor los despertaste con todo el bochinche que originaste? Le dice la anciana a su hija. –Si a lo mejor.
-Mira mamá aquí se ven pasos y se dirigen justo hacia mi ventana comenta la chica. –Ay hija no será que otro pretendiente quiere raptarte en un esbozo de sonrisa le dice Juliana.
De pronto comienza a soplar una brisa un poco más fuerte que venía desde el Este y asevera entonces la anciana –Me parece que mañana tendremos agua. –Parece que sí mamá.
-Bueno volvamos a la casa tengo frio dice la anciana aquí ya no hay nada que ver.
Ambas mujeres entran de nuevo a la casa para tratar de ver si pueden pegar un ojo aquella noche un poco atípica.
Al otro día comienza a sonar a lo lejos unos truenos que se deslizaban como uniendo los picos de los cerros y luces centelleantes desnudaban el paisaje los relámpagos que avisaban que la tormenta no estaba lejos. Un fuerte viento comenzó a soplar con más fuerza cada vez.
-Hija despertate debemos cerrar las ventanas y ajustar la puerta parece que se viene el tiempo dice en voz alta desde su habitación doña Juliana. A penas la hija escucho dentro del sueño que todavía no la dejaba despabilarse después de una noche bastante agitada.
Como golpes hirientes se abrían pasos entre la nebulosa de tierra que el viento provocaba con la tierra reseca las primeras gotas comenzaron a caer y de un momento a otro la cortina de agua azoto la calcinada superficie.
- ¿Y bueno que vamos a hacer? dice doña Juliana, voy a preparar unos mates así acortamos la mañana te parece hija. Los ojos hinchados todavía de la hija con media obnubilación le contesta como resignada –estaba bien mama tomemos unos mates.
Aproximadamente a la hora la tormenta comenzó a parar y con ella otro tipo de tormenta comenzó a llegar.
Unos hombres llegaron en una auto y golpearon la puerta de entrada, recogió la cortina doña Juliana para asomarse y ver quienes eran Norberto y Chiquito entonces les abre la puerta –Pasen, pasen dice la anciana en su clásica generosidad -¿qué andan haciendo, un día tan feo como el de hoy? Irrumpe con una voz cortada Chiquito –Doña Juliana tengo malas noticias, aquí el muchacho me dice que los papeles de este terreno no están bien y que el es un directivo de rentas en la gran ciudad y que bajo investigación descubrieron que esta amplia zona tenía desde hace mucho tiempo sus documentaciones adulteradas. Yo no entiendo como puede ser pero aquí tiene la nota firmada por un Juez federal y lo peor de todo el caso es que las parcelas reclamadas por el estado comprenden parte del terreno suyo Doña Juliana, más específicamente el campo y el fondo de la vivienda y el terreno lindante hacia el Norte. –Mire Chiquito si con todo esto que usted me esta diciendo que a medias entendí quiere que yo deje lo único que tengo y en el que se atesoran todos mis recuerdos no lo puedo permitir bajo ninguna circunstancia contesta Juliana con el seño fruncido una voz que atormento a Chiquito el fiscal del pueblo.
-Pero no, Juliana nadie la esta echando de su casa solo que deberá quedarse con la casa y solo el patio del frente y nada más. Como testigo el muchacho permanecía de pie junto a Chiquito y la chica junto a su madre. Aquella mañana estaba presentándose bastante alterada. La conversación varias veces subió y bajo de tono pero al final La Doña tuvo que aceptar firmando el documento de copia que le dejaban los hombres y en el cual decía claramente que debía abandonar esa parte de parcela que no le correspondía porque era un terreno estatal con un endeudamiento de impuestos y que no tomaban la casa porque bajo la ley nacional ninguna anciana viuda que no tenga otro techo puede quedar en la calle. Así quedo sentenciada la suerte de ambas mujeres que acataron la orden aunque a chiquito nunca le terminaba de cerrar los términos de cómo se presento tan repentinamente aquel extraño y que resulto ser un detective de rentas oficial. Pero claro tan lejos de la gran ciudad un pueblo pequeño como villa mercedes donde nadie se molestan con nadie a veces las leyes caen en sentido común, ética y moral que es lo que sobraba en el pueblo hasta ese día.
Tras la partida de los hombres Juliana cae al piso derrotada llorando por lo sucedido reclamándose que ni siquiera servía para proteger aquello que su suegro y su marido le regalaron a ellos y que bajo papeles escritos inservibles para la anciana le marcaron el destino. No perdería su casa pero si el campo que tantas veces vio sudar a su amado cultivando la tierra y llevando el pan de cada día a la mesa.
-Cálmate mamá, no desesperes más por lo menos el techo no has perdido.
Transcurrieron 2 horas de aquella visita cuando Chiquito vuelve a la casa –Doña Juliana Ábrame la puerta por favor le grita desde afuera el hombre. Pero Doña Juliana estaba acostada después que la chica acostumbrada a la vida ciudadana como toda buena chica de sueños volátiles tenia en su cartera unas pastillas para dormir que para ella de seguro eran como caramelos pero para la anciana que nunca tomo de esas cosas la inundo en un profundo sueño.
Abre la puerta la chica -¿Qué pasa Chiquito otra vez usted? –No piense mal linda vengo a decirle que el extraño se acaba de ir de la ciudad con esos papeles firmado y que pronto regresará para hacer una importante inversión en la zona y me aseguró que aunque ustedes permanezcan aquí en la casa bajo cualquier medida él lograría que también esto pase a manos suyas.
-O no! Dice la Chica y ahora que haremos como le digo esto a mamá. Ni bien termina de decir esto se oye un golpe seco detrás de la puerta que llevaba a la habitación de la anciana. -¡Mamaaaaaaaa grita atormentada la chica!
Entran ambos a la casa para ver que sucedió y por lo visto la sedación duro pocos segundos ya que la anciana había escuchado la conversación y cayo desmayada.
Trataron de levantarla del suelo entre los dos ya que el cuerpo de peso muerto de Doña Juliana requería de la fuerza de ambos. La llevaron de nuevo a la cama mientras que en ese momento se oye un sonido proveniente otra vez del suelo de la cocina, las maderas rechinaban otra vez, esta vez era tan fuerte que comenzó a caer las mamposterías de la habitación donde estaban los tres. –Pronto niña debemos sacar a tu mamá de aquí esto se esta por desplomar. Mientras tanto afuera llovía un poco y ni bien sacaron a la anciana de la casa un fuego avasallador tomo repentinamente la vivienda y comenzó a someterse al fuego lentamente.
-¡Dios Mío logra decir la anciana incorporándose a medias. Los tres contemplaban aquello debajo de la lluvia sin importarles nada.
-Quedamos en la calle mi niña llorando dice Doña Juliana.
-No hay nada por hacer dice Chiquito esto termino muy mal vamos a mi casa por ahora para que se terminé de recuperar Doña Juliana.



Paso una semana del hecho que termino por destruir la casa de Don Esteban solo las ruinas se levantaban como testigos. El invierno seguía golpeando las almas de Villa Mercedes cuando poco a poco se fueron enterando de lo que le había pasado al rancho. Hasta ese entonces todo era tranquilidad en ese lugar pero un extraño trajo las penurias al pueblo. El centro de salud y todos aquellos inmuebles que trajeron la modernidad comenzaron a verse sospechados de tribulaciones en un pueblo tan religioso como supersticioso. Dentro del centro de salud no se hallaba más el Dr. José Manuel Gutiérrez, en su lugar un nuevo médico ocupo su lugar pero nadie supo bien que paso.
En la casa de chiquito ambas mujeres trataban de aferrarse a la vida evadiendo los últimos recuerdos de aquello que era su pueblo y que le había dado tantas alegrías y ahora todo lo que veían eran solo muchedumbre moviéndose de un lado para otro sin encontrarle sentido.
Chiquito que no dejaba de investigar había viajado a la gran ciudad procurando encontrar a este hombre que había llevado los documentos firmados pero nadie sabia el paradero de Norberto, es más en las oficinas de catastró no figuraba el como un agente de rentas. Tampoco encontró que se halla originado un sumario catastral de la zona de Villa Mercedes, ya que ni siquiera la tenían en cuenta a la ciudad, apenas aparecía en los mapas.
Frustrado Chiquito vuelve a su pueblo querido sin ninguna respuesta mas bien con mas dudas de lo sucedido y al llegar al pueblo ve que una empresa se había


asentado con una oficina en Villa Mercedes. Se preguntaba ¿qué hacen estos aquí? ¿Tendremos asfaltadas todas las calles de la ciudad?
La empresa era una constructora por lo menos así figuraba en su nombre pero dentro del lote donde podían verse las maquinarias que utilizaban habían excavadoras.
Pronto chiquito llegó a la casa –Hola Chiquito ¿Cómo te ha ido? Pregunta Doña Juliana –Ay mi Doñita no traigo nada entre manos solo mas dudas y encima ahora me encuentro con esta empresa en la ciudad ¿Qué estarán tramando? ¿y Su hija Juliana?
-Me dijo que se iba para el rancho haber si quedo alguna pertenencia que pueda rescatar
La joven casi llegando a la casa atravesando los cerros una sospecha se abrió cuando vio que a lo lejos gigantescos monstruos metálicos se posaban sobre lo que una vez fue la casa de sus padres. Al acercarse cada vez más agrandase la imagen de que si estaban perforando el terreno que le partencia a su anciana madre. Estaciono frente a lo que era la casa en la tranquera que hoy solo escombro delimitaba su limite y para su sorpresa fija la mirada en el sello de una de las maquinas y tenía dibujada un águila como un flash se presentó en su cabeza la imagen que había tenido en el sueño, pero se preguntaba ¿y el gato gigante negro será estas moles de hierro negro? Giro la cabeza y donde estaba la casa, mas bien el costado donde ella dormía le pego justo en la cara un destello de sol que la encandilo pero vio el árbol que tanto quería arrancarles sus frutos.
-¡Oiga usted esto es propiedad privada! ¿Qué hace aquí? Una voz desafiante y muchas miradas la despertaron de ceguera momentánea. Los obreros la miraban fijamente a la chica que rápidamente y sin contestar subió al auto y se dirigió a contarle lo visto a su mamá.
La obra continuo por varios días pero solo greda, agua y otros desechos sacaban de allí y lo peor de todo es que informaban a su jefe que el tiempo de alquiler de las maquinarias estaba venciendo junto con e capital. Norberto era el jefe de la situación y escondido en la gran ciudad llamaba todos los días a la obra para ver como iba pero todos los días solo respuesta negativa le daban hasta que decidió volver al lugar.
Una noche caminando la chica por Villa Mercedes ve luz en el departamento que antiguamente alquilaba ese malhechor de Norberto y la curiosidad la hizo cruzar el limite. Se acerco hacia la ventana y pudo ver una sombra que se movía dentro de la casa, la cortina era bastante gruesa y no podía detallar si se trataba del sujeto en cuestión. Lo que si pudo darse cuenta es que la persona que estaba allí dentro se dio cuenta de que la estaban observando y se acercaba a la ventana por lo cual debió salir como un relámpago de ese frente para que no la vieran.
La chica llego a la casa de Chiquito a contarles lo que había visto a su mamá y al mismo Chiquito. Estos dos estaban cenando y mientras que le comentaban lo que judicialmente podía hacer Doña Juliana para reclamar su terreno irrumpe la joven –Pase por el departamento donde alquilaba Norberto y había luz, estaba habitada de nuevo.
-En serio contesta Chiquito. Se me hace que debe ser él nuevamente ya que por lo que me enteré la obra va muy mal y se esta desfinanciando. Mañana a la mañana iremos con una orden para detener la obra y
Betoruiz28 de enero de 2010

1 Comentarios

  • Betoruiz

    Espero que les sea de su mayor agrado, con esta publicacion rompo mi silencio y me anuncio a este maravilloso blog donde tenemos espacios los escritores amateurs como yo para expresar nuestras ideas y sueños. muchas gracias

    28/01/10 03:01

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