Deseo
No escuchaste el cantar de tus anhelos
por el lúgubre acorde cotidiano
que en las húmedas noches de desvelo
sonaba en tu pentagrama inhumano.
En la negra espesura de la calma,
donde miles de oídos distraídos
eran tapados por la blanca palma,
de blanca indiferencia del olvido,
suplicaban tus ojos la respuesta
que tu boca pedir no se animaba
y con tenues esperanzas depuestas
la ayuda que llegar no terminaba
aguardaste. Ahora que ya es tarde
para seguir esperando, tu boca
se despoja de eso que le arde:
habla y cuando habla no equivoca.
Ha pasado el tiempo y bien lo sabes
que se acerca la muerte presurosa
pero antes que tu suceción acabe
seduces a las parcas azarosas
que tantos hilos dulces te han negado.
Y en este día es tu último deseo
que te sorprenda el temerario Hado
cumpliendo al fín tu último deseo.
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Mejorana
Es un poema muy bonito.
18/02/08 05:02
