SINDROME DE STENDHAL
La hoja en blanco,
yo,
el calorazo,
mis libros dormitando,
el recuerdo de algo
que no sé llamar.
El papel se esconde
mi ansia le persigue,
despacio, taimadamente.
La bossa me ayuda
a no morderme el corazón
a domeñar la rabia.
Una tarde agostiza ( como esos gatos escualidos),
anhelaba plasmar
lo que un torrido atardecer,
incendió mis ojos.
Tan claro lo vi:
Esa lucha al atardecer,
los púrpuras, rojizos, malvas,
tan vivos,
resplandecientes en su ocaso,
esos tonos de vida
se besan solo con el calor infame.
La caida del sol fue brutal,
acogedora pero expansiva,
triunfadora en su muerte,
deliciosa en su belleza.
Estos ocasos no son norteños,
gustan de estepas y sudores,
y fue hoy
cuando se me ocultan las pléyades en nubes grises,
que evoco esas luces,
tan esquivas por el rico norte.
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BLUESS-14-8-2012
jiji bonito recghido escribi igual que yo, a saltitos