Robándole horas al reloj para cambiar las ganas de saltar de un precipicio
después de cerrar la ventana y guardar todas las cosas en una caja
que acabará olvidada, debajo de la cama.
Viendo pasar el tiempo sin poder sacar las ganas
y las fuerzas, para salir de este agujero y levantar la mirada.
Tomando grados y pastillas para cerrar los párpados
y perder el tiempo que gané enamorándome de tus abrazos.
Ganando tiempo para seguir engañándome,
para seguir engañándote, para seguir perdiéndome.
Dando tumbos y no pasos,
dando golpes y no besos,
cambiando días por anhelos
y acordes de tus dedos por mi pelo
por saltos al vacío y curvas a doscientos
y sin frenos.
