Largos cabellos rojos caen por su espalda, ojos grandes alumbran su rostro, la niña siempre camina con la cabecita baja evitando risas, apenas va a la escuela porque siempre está enferma, nació débil, de cuerpo y de mente. Sus compañeras de colegio la excluían de sus juegos, de sus risas, de sus cuentos. La niña de cabellos rojos y piel pálida, hablaba con sus libros, apenas reía, no tenía con quien ni con qué, a veces pasaba días en su habitación a causa de su enfermedad, la fiebre no la dejaba apenas ni decir palabra, ni levantarse, así que ella miraba su ventana, volaba en sus cuentos, esperaba que alguien la fuera a ver, pero nunca entraba nadie a su habitación.
Una tarde la ventana abierta trajo un cuervo hacia dentro, y le entrego un libro, era un libro de hechizos, ella lo leyó e intentó mover objetos, sin esperarlo lo hizo, lanzo un conjuro y su cama permaneció en el aire, abrió y cerró ventanas, y así pasó una tarde inolvidable, la que jamás pensó tener, reía y sin darse cuenta su fiebre se desvaneció en el aire se encontraba alegre y fuerte y sentía ganas de ir al colegio.
A la mañana siguiente caminaba hacía la escuela dando pasos de alegría, con su carita levantada, y mirando a todo el mundo, que por falta de costumbre se extrañaron por un momento de ver tanta alegría en ella, pero poco duró el asombro para ser utilizado en risas sobre ella, los compañeros de colegio y sus malvados juegos, que la ridiculizaban , pero a ella le daba igual, hoy no le importaba nada, se fue a un rincón del patio y se sentó , apartada de todos como siempre, sacó su libro de hechizos y lo abrió. Pasó y pasó páginas hasta dar con la que más le gustaba y empezó a conjurar lo que en ellas ponía. Nubes negras cubrieron el cielo, un vendaval arrancaba hojas de los árboles, y los niños gritaban asustados y corrían sin rumbo alguno. Ella reía al ver el miedo en sus compañeros, disfrutaba del hechizo lanzado y levanto de donde estaba, se acerco a ellos y alzo las manos, ramas de árboles cayeron sobre ellos dejándolos por el suelo, se acabaron las risas sobre ella, ya nadie la insultaba, ya nadie la empujaba, ahora la niña está curada, camina con la cabeza alta, ríe siempre porque acabó con el maleficio que se apoderaba de su colegio. La niña de cabellos rojos ahora va a otro colegio donde los niños son como ella, donde las risas son compartidas y juega con los demás niños, ahora la niña de cabellos rojos es feliz y ya no utiliza su libro de hechizos.