Y en un viejo baul encontré de nuevo tu sonrisa,
la que me llevó a la orilla del mar de los recuerdos.
Y hallé allí un sin fin de historias,
anécdotas perdidas en la memoria.
No todo fue malo, al contrario, con el tiempo,
permanece lo bueno, y aunque el final fue doloroso,
no te culpo. Aprendimos de ello.
Ojalá tu vida sea buena, ojalá la fe nunca te falte.
Me doliste como duele una punzada en el pecho,
me mataste, como mata el amor.
Y aún así te recuerdo entre sonrisas y sollozos.
Y aún así, no lamento el fin.
Nos reencontraremos, nos veremos de nuevo.
Seremos felices, tú sin mí, yo sin ti.
Y la vida seguirá, y la historia cambiará,
contigo, conmigo, con todos.
Pero seguiremos fieles a nuestra vida.
A nuestros recuerdos.
A aquello que una vez nos hizo sonreir.
No me olvides, esa sonrisa me llenó de ti,
y ese mar de recuerdos, te traerá de vuelta.
