Avanza descalzo y con pies de plomo por un mundo que gira demasiado rápido y sin pararse a pensar en quien queda atrás.
Extiende tus alas y remonta el vuelo hacia un cielo que rasga las plumas con su polución, mas no esperes que, al caer, amortigüe tus golpes.
Siéntete libre, pues la prisión sin barrotes ni aceros que te rodea, aún te permite soñar. Aunque sabes bien que la condena te perseguirá por sus calles y cielos, y te obligara a cumplir, siempre, los intereses de otro.
Corre, vuela, se libre, tú que puedes.
¡Clama al éter por la sanación de tus llagas,
reza a tu Dios por el plumaje perdido,
suplica por recuperar la fe en tus sueños,
e implora el perdón reservado a los ácratas!
Aunque sabes bien que la condena te perseguirá por sus calles y cielos, y te obligara a cumplir, siempre, los intereses de otro , muy buen decir, cariños.
