El amanecer ha llegado, otra vez perdi la batalla
es inùtil lo que haga, te perdi, no es un sueño,
la silueta que conmigo durmio solo era mi almohada,
muerdo mis labios, duele pero no mas de lo que quiero.
Amanece y se me seca el alma, el corazón queda agreste,
marchito. A quién puedo pedir auxilio, a nadie le importa
que ya no estes conmigo. Maldito dolor que se me clava en el pecho,
tienes la vida que yo quiero, vivo la vida que no puedo.
Las horas han caminado sin detenerse, se han convertido
en dias, semanas y meses, en noches de locura esperando que regreses,
espinas que se clavan en mis entrañas, por que no me quieres,
porque no me amas, reproche que no tiene respuesta,
solo el silencio me dice que ya no regresas.
Debería darle vuelta a la hoja de este libro, de esta mi triste
vida, pero sigo esperando que vuelvas hasta el fin de mis días.
Sé de qué me hablas, y lo duro que es el despertar y darte cuenta de que lo que te ocurre no es una pesadilla. Los amaneceres tristes no deberían existir.
Me ha gustado, Buben. Gracias por ti.