Abrazame con fuerza, quita el frio que congela mi alma,
dame el calor que ella no puede darme, llevame a la felicidad embustera
que me ofrecen tus besos, cobija la soledad de mi alma con tus encantos, dame de beber ese veneno que mata, baila junto
a mi esa danza que suena a olvido.
Llevame al paraiso de tu infierno, que aunque obscuro
es un pozo de los deseos, tiro una moneda al aire,
tal vez mi suerte cambie, engulle lentamente mis recuerdos,
quemalos y despues con tu saliba amarga deja que cicatrizen
para no sangrar mas.
Tomame y dame la cura maldita, que por tanto tiempo
me resisti a tomar, no dare un paso atras, olvido dame
tus brazos, mañana cuando despierte no quiero recordarla más.
Tus palabras se pueden convertir en añejo vino, fermentado en dolor y pena, yo lo serviré en mi copa y lo beberé hasta el fondo... Hermoso, oscuro y vivo.