Restos de sensaciones acumuladas por ambientes
Empecinados en cambiar la razón de mí pensar
Dejando en arcoiris blanco y negro los colores
Que se fugaron por no soportar la fuerte tempestad
Vientos que en remolinos de amores, quebrantaron
Mi álgida soledad, alejando mi corazón que sucumbía
Ante los influjos de cuerpos que ardían en la oscuridad
Y que al sentir la luz del día, disfrazaban su amarga realidad
Rastros de polvo en el espejo, recordaban un viaje al mas allá,
Secos mis labios y el reflejo, de tu boca dulce miel de la maldad
Humo por el que a través veía, como te movías y me hacías suspirar
embriagando el veneno del deseo de poseerte una y otra vez más
El insomnio huyó despavorido, saltó al vacío y se durmió
yo caí muerto fatigado, entumecido por aquella que me amó
y buscando en el sigilo de lo eterno, la mirada que me cautivó,
esos ojos que lograron confundirme y clavaron en mí su aguijón
