Con vehemencia irrestricta de horizontes lúgubres
salpicando de ansiedad nocturna que paraliza
ya con la luz extinta, ya con sonidos espectrales
así me acerco lentamente al pie de tu cama
Luces bella en negro y carmín
tu rostro destella el color del pasado
las velas despliegan los aromas
y la pasión por poseerte me lanza a tu cuello
Mis colmillos se abren camino y el fluir da inicio
tu juventud despierta y gimes de rojo ardor
sabes que soy yo y sonríes mientras abres los ojos
tus manos recorren de memoria mi cuerpo
La noche es nuestra y nosotros de la noche
El amor resurge de su dormir ancestral
Exquisitamente afilados tus colmillos, una poesía de las que a ti te gusta escribir y a mí me encanta leerte, perfecta.
Un saludo Buzz.