Brillan al aire,
tus ojos claros como el café;
cantan las aves,
sin que se sienta cómo y por qué.
Tiemblan las hojas
cuando tú cara pasa radiante;
todas quisieran
sentirte cerca, menos distante.
Todo está vivo
cuando le entregas al aire risas;
y el día quisiera
ser en tus manos hoja en la brisa.
Por qué no vienes,
como esas tardes en que aprendí;
a ver tus ojos,
como luceros cerca de mí;
volar quisiera:
tú me dijiste sin que te diera,
motivo alguno
ni razón cierta pa te fueras.
Hoy está triste
mi dulce alondra porque te fuiste;
que bello fuera
que hoy te dijera, ¿Por qué Viniste?